viernes, 23 de noviembre de 2012

A mi familia, a todos mis amigos y mis amigas, a los conocidos que afortunadamente son muchos, le dedico modestamente estas páginas esperando siempre su deseada participación para mejorar lo que en estos capítulos envío.



1.- EL FLAMENCO Y SUS ORIGENES

Todo aquel que quiera adentrarse en los orígenes del flamenco encontrará ciertas dificultades si lo hace antes del final del siglo XVIII, ya que previo a esta época todo es de un modo aproximado y no se conocen los mecanismos sociales y culturales que hicieron posible la aparición de este fenómeno de música popular.

Lo cierto es que lo que se conoce actualmente como cante y baile flamenco nos viene de los dos últimos siglos. Todo lo anterior tiene todas las dificultades para investigarlas, lo que no quiere decir que en Andalucía no hubiera, de forma familiar u otros tipos de grupos, músicas  que pudieran llegar a lo que hoy en día conocemos como flamenco.

Claro es que el flamenco como muestra cultural está estrechamente ligado a la supervivencia de ciertas antiguas formas de cultura y etnias.

Varias son las incógnitas que se nos deben plantear teniendo en cuenta la cuna donde ciertamente se encuentra esta estirpe musical (el bajo pueblo andaluz y el pueblo gitano):

¿A qué se atribuye, como primera medida, que esta muestra cultural-musical encuentre en el bajo pueblo andaluz su máxima aclimatación?

¿Por qué este legado cultural tarda tanto en salir, convertido ya en Flamenco por unas pocas familias de la baja Andalucía y de gitanos?

¿Y por qué fueron éstos los que recogieron tales semillas culturales y las mantienen ocultas en la más absoluta intimidad hasta hace alrededor de dos siglo. 

Si vamos a las fuentes de la literatura costumbrista de épocas pasadas vemos como se confunden las más puras formas de cantes y bailes flamencos con otras formas folklóricas tradicionales en Andalucía con las que conviven pero de las que se diferencian considerablemente. La realidad del flamenco era virtualmente desconocida entonces, no sólo por lo que se refiere al público sino también en muy amplios sectores populares de Andalucía, a pesar de la romántica preocupación de recoger el exotismo andaluz por parte de cronistas y viajeros.

Este ocultismo o esta forma clandestina de ir desarrollándose no quiere decir que el flamenco brote de improviso, espontáneamente, por suerte o azar, sino que se va cristalizando con distintos elementos culturales o (como dicen los estudiosos) se va fraguando con culturas que se van asentando en la baja Andalucía hasta que se forja lo que desde hace dos siglos conocemos como flamenco o cante gitano-andaluz.

 
  Andrés Bernal Montesinos 23-11-2012

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