jueves, 27 de agosto de 2015

"Se me mojaron las velas estando la mar en calma y fue por puras lágrimas que yo derramé por ella"

LOS PALOS DEL CANTE  -33-

JABEGOTE



Aunque menos conocido y dentro del grupo de los fandangos abandolaos uno de sus variantes es el llamado cante de los Jabelote o de los marengos el nombre  proviene de la jábega (tipo de embarcación que suelen emplear los marineros malagueños)  de donde sacamos el siguiente fandango:

                                  “Estando la mar en calma
                                    se me mojaron las velas
                                    y fue de las puras lágrimas
                                   que yo derramé por ella."

A diferencia de los otros estilos hermanos derivados  del primitivo fandango malagueño, en el jabegote su tercer tercio llamado verso valiente se canta con tonos muy altos.

Este peculiar y  marinero cante según los estudiosos de los variados estilos vernáculos malagueños se basaron  en un principio en las coplas que  solían hacer los pescadores o marengos cuando se realizaba la faena en tierra firme como repasar, coser  componer las artes de la pesca o embadurnar los peces, llamándose normalmente a quién trabajaba con la jábega que es un especial tipo de red o como se ha indicado antes la embarcación que ellos suelen emplear con el nombre de jabegote.


Juan Breva, maestro de todos los cantes malagueños y el Niño de las Moras que trabajó como jabegote en El Palo, puerto pesquero de Málaga, han sido los grandes impulsores de este marinero palo flamenco y tras ellos cabe destacar a Miguel López Castro, gran cantaor y sobre todo gran estudioso de todos los cantes del tronco vernáculo malagueño.


jueves, 20 de agosto de 2015

Entrega nº 147

LOS PALOS DEL CANTE  -32- 

GUAJIRA

Encontramos varios cantes de procedencia extra andaluza, originados tal vez por aflamencamiento de algunos cantares allende las fronteras andaluzas  traídos a Andalucía por gallegos o asturianos en su busca de labores y con el fin de establecerse en los puertos del sur, o bien cantes y bailes traídos de la América Latina, atangando sus ritmos y dándoles a esos sones suramericano aires flamencos o tal vez aires flamencos que se  introducen  en una época de nuestra reciente historia en  la América Central y del Sur por esos andaluces errantes "llevadores y traedores" de los compases de un lado a otro del Atlántico.

De los primeros  ya se ha comentado cantes como la farruca y el garrotín y entre los otros los popularmente conocido como cantes de ida y vuelta encontramos a palos como la Guajira, Milonga, Vidalita, Colombianas, Rumba...).

Sobre el cante de la Guajira hay que advertir que ya en las tonalidades escénicas del siglo XVIII, se advierte aires primitivos cubanos en unas canciones populares que más tarde se denominaron guajiras nombre debido a los campesinos blancos de la isla de Cuba llamados guajiros.


Al principio del siglo XX y con el aflamencamiento de estas estrofas de diez versos octosílabos, la guajira, alcanza una gran popularidad siendo interpretada  por cantaores como Juan Breva, El Niño de Cabra, La Rubia, Escacena, El Niño la isla, El Niño Medina, El Pena padre y el Mochuelo conocido como el más prolífero de estos cantaores en estos determinados palos y quién graba las primeras guajiras con títulos como: guajira vida mía, guajira de vuelta abajo, guajiras de los de Cuba; denominaciones muy similares con las guajiras cubanas llamadas en la isla caribeña  guajira "punto vuelta bajero y punto coreado".


                                    "Es mi mulata un terrón                         
                                      de azúcar canela hecho,
                                      que arrimándoselo al pecho
                                      quita el mal del corazón,
                                      ella vive con el don
                                      y a ningún hombre maltrata
                                      y si le llaman ingrata
                                      es más dulce que la uva,
                                      de la azúcar que hay en Cuba
                                      es la mejor la mulata."  

El contenido de los temas de la guajira tanto las versiones cubanas como en la flamenca suele se amorosos y de gran contenido popular y su facilidad musical para introducirse en los cantes festeros como lo realizara cantaores gaditanos es asombrosa y así lo demuestra los cantes grabados por Pericón o por el mismo Chano Lobato entremetiendo en sus bulerías giros de guajiras y haciendo parecer en su compás como si de un mismo cante se tratara.

                                    "Que vida más arrastrada
                                      es la del pobre carrero,
                                      picando la mula torda,
                                      picando el buey delantero.
                                      Con mi poncho y mi rebenque
                                      me paro en las cuatro esquinas
                                      pa tomar mate amargo
                                      de las manos de mi china.
                                      En el muelle de La Habana
                                      robaron un cobertor
                                      y el que lo robó decía
                                      por que lo pusiste al sol."


Estos cantes por su forma y su origen aunque adaptable como queda dicho a otros compases, son cantes eminentemente cultivados por cantaores payos, excepción importante de referencia sobre Curro Durse uno de los primeros intérpretes o El Mochuelo (pionero de estos estilos) Juan Breva, Niño Cabra entre otros y destacando como en todos los cantes de ida y vuelta Pepe Marchena y Juan Valderrama. 


jueves, 13 de agosto de 2015

¡¡Y de Graná.....GRANAINA!!

LOS PALOS DEL CANTE  -31-   
                                           
                                              GRANAINA
                
Al hablar de origen de las "Granaínas", hay que remontarse y recordar los viejos fandangos locales de Granada capital y de sus pueblos fandangueros como Almuñécar (con su fandango "robao del Río"), Baza, Puebla de Don Fabrique, Loja, Huétor - Tájar, Salobreña, Zafarraya, Los Hornos de Albuñol, sobresaliendo como narra Ricardo Molina Fajardo en su obra EL FLAMENCO EN GRANADA, los fandangos del pueblo de La Peza y de Güéjar - Sierra.

El fandango de La Peza llamado fandango "Pezeño" y divulgado por la cantaora de la localidad "La 'África", fue absorbido más tarde por el fandango de "Frasquito Yerbabuena" e incorporado al repertorio alegre de las zambras de los gitanos de Sacromonte mientras que del fandango de la localidad de Güéjar - Sierra, nos queda su característica primordial de fandango arriero como lo calificara Fernando de Triana después de comprobar según él mismo nos cuenta cómo éste fandango es interpretado por los mozos de esta localidad granadina durante los días de fiesta mientras rondan las ventanas de sus respectivas novias.

                                              

                                               "Soy de la Peza, pezeña,
                                       de los montes, montesina,
                                      y para servir a ustedes
                                      soy de Graná, granaína. "
                                          (Fandango de la Peza, popularizado por " La 'Africa ")
                                    
                                    "Esta noche no he venío
                                      temprano a pelá la pava,
                                      por vení con los amigos
                                      a echarte la serenata. "
                                                   (Fandango de Güéjar – Sierra



De estos fandangos con claros sones moriscos como dice Caballero Bonald podría nacer  al aflamencarlos sus intérpretes la granaína, apuntando la mayoría de los tratadistas de temas flamencos que quién le dio no realce sino creación fue el cantaor de Granada Francisco Gálvez Gómez, conocido en el mundo del flamenco como "Frasquito Yerbabuena". Pero  quien la engrandeció como a todos sus cantes fue el gran maestro Don Antonio Chacón, creador del otro estilo de granaína más brillante y larga en sus tercios y al que el mismo Chacón bautizó con el nombre de media granaína nombre con la que se popularizó y se le conoce.

Este estilo derivado del fandango granadino fue cultivado por otros cantaores quién al utilizarlo en algunas ocasiones como introducción de la malagueña, nos hace ver la también derivación que del fandango malagueño pudiera tener la granaína y así  el mismo Enrique "El Mellizo" nos lo trasmite a través de sus discípulos gaditanos Pericón y sobre todo Aurelio Sellés.

A partir de Don Antonio Chacón  se crea con el cante de la granaína y la media granaína una escuela generalmente de cantaores no gitano con la característica común en todos ellos de su timbrada voz y así resaltamos a Manuel Vallejo, quién alarga quizá en demasía los  tercios de la media granaína,  Pepe Tejada  (el Niño de Marchena o Pepe Marchena), Manuel Centeno, Canalejas de Puerto Real, El Pena padre y El Pena hijo, El Niño de Cabra, Jacinto Almadén, Aurelio Sellés, aunque éste último con un tono personal distinto al de los anteriores e imprimiéndole a las granaínas no el sello chaconiano del "bel canto" como dice Ricardo Molina sino el suyo particular y  propio de sus oscuras raíces del flamenco natural.

Al ser la granaína un cante que nace, se cultiva y populariza en la época tan desdichada de "la ópera flamenca" , no faltaron artistas que le diera ese aire a medio camino entre la copla popular y las derivaciones regionales del flamenco, introduciéndola en el mundillo del cancionero de la copla española como el caso de Angelillo.


Los temas de sus letras hacen generalmente alusión a las bellezas de Granada y su comarca sin olvidar referirse a cuestiones religiosa o de amor. En nuestro tiempo tanto la granaína como la media granaína son interpretadas en casi todos los festivales y peñas con gran acento personal y flamenco por parte de artistas que como Enrique Morente (Granadino del Albaicín), Pepe Meneses, Naranjito de Triana, Calixto Sánchez, Diego   Clavel, Chaquetón, José Mercé, Luis Caballero, Luis de Córdoba... entre otros, le están dando a estos cantes de Granada versiones rememoradoras.

                                        "Rosa si yo no te cogí
                                      fue porque no me dió gana,
                                     al pié de un rosal dormí
                                     y rosa tuve por cama,
                                    de cabecera un jazmín."
                                                     (Granaína de Chacón)  
                                                             






jueves, 6 de agosto de 2015

Ay Garrotín, que garrotán, que de la vera, vera, de San Juan.

LOS PALOS DEL CANTE  -30-

GARROTÍN

Palo flamenco perteneciente al grupo de cantes aflamencado, estilo que junto a la Farruca se incorpora a los compases del tango para aflamencar sus formas que recuerdan al principio las maneras que estos “chicucos”, pues así son llamados en un principio en Andalucía,  trajeron del norte español, cuando estos mozos allá por mediado del siglo XIX se aventuran a bajar al sur desde su Asturias o Galicia natal en busca de un mejor porvenir.

Aunque la mayoría de los estudiosos del flamenco coinciden en agrupar a estos estilos procedente del folclore galaico asturiano con el tango flamenco, existen otras teorías que emparentan al Garrotín con algún estilo de zambras del Sacromonte, otros le dan enfoque de cante de trilla al identificarlos con la garrotiada (reunión de campesinos asturianos para dar golpes o garrotiar al trigo  en la era y producir el desgrane, utilizándose para ello un palo o  garrote), tal vez traído a nuestra comarca en alguna época de trashumancia, señalándose por otra parte al garrotín como estilo creado por los gitanos catalanes de Lérida y Tarragona.


Al igual, también como la Farruca, el Garrotín alcanza la popularidad al principio del siglo XX, concretamente a partir de 1905, cuando el bailaor Faíco con la música también de Ramón Montoya, incorpora este estilo como palo flamenco a su repertorio.
                                  
                                             Que firmeza no tendría
                                                        el querer que puse en tí,
                                             que cuando tu me olvidaste
                                             la muerte sentí venir.
                                            Ay Garrotín, que garrotán,
                                            que de la vera, vera, de San Juan.


                                       
                                            

Una estrofa de cuatro versos de ochos sílabas con rima de forma asonantada en sus tercios pares, con un estribillo de dos versos como remate final de cada cante  forma este atangado cante que encontró en maestros como Manuel Torre o en la mismísima Pastora Pavón “La Niña de los peines”  exquisitos interpretes que engrandecieron este palo al principio del siglo XX, y que más tarde continuaran Rafael Romero, Antonio Mairena, José Meneses entre otros grandes. La artista catalana Maite Martín es una de las grandes cantaoras  que en la actualidad defiende con su arte la garantía de este estilo flamenco.

Otra característica del Garrotín que le asemeja con la Farruca es su adaptación más al baile que al cante y aunque destaca como se ha indicado anteriormente por la aportación de Manuel Torre con su cásico tran, tran treiro, treiro…o de Pastora Pavón, la mayor fama artística se consiguió más como palo flamenco patrás que para escuchar, con figuras históricas del baile como el “creador Faíco o la genial Carmen Amaya que le dio un impulso al Garrotín de alta escuela flamenca.