viernes, 27 de septiembre de 2013

JEREZ: LA FRAGUA DEL CANTE

ENTREGA Nº 46      28 DE SEPTIEMBRE DE 2013 
                           

                  JEREZ (La fragua del Cante I)

          Si algo fuera de dudas tienen todos los estudiosos del flamenco sobre la localidad jerezana como uno de los puntos geográficos básicos, o como una de las grandes cunas de nuestro arte, es la seguridad de que tal vez y sin temor a error,  el flamenco sin la gitanería jerezana no sería lo que en la actualidad es. No se puede hablar ni un solo instante de flamenco, de sus orígenes, de sus nombres ilustres  sin inmediatamente mencionar a Jerez.

          Con toda certeza podemos encontrar cientos de trabajos, estudios o libros de flamencología que nos habla extensamente de Jerez y su flamenco y tal vez siempre quede algo que decir en este importante núcleo andaluz.

          Todos pues coinciden en resaltar el famoso triángulo donde se fragua el cante, donde se van gestando poco a poco toda la evolución de la historia de nuestro genuino arte,  y a Jerez con sus barrios de Santiago y San Miguel como dueños de uno de su más flamenco vértice.

                                                                                                                                                                                                                         
          Muchas son las familias jerezanas que han hecho de su ciudad ese pilar básico del flamenco, ese fraguao de cantes. Encontramos  en sus barrios,  linajes como los  Paulas, Chicharrones, Vargas, Sotos, Junqueras, Zambos, Carrascos, Agujetas, Moneos, Carpios, Marruros, Moraos, Méndez…. Cantaores iniciadores de los genuinos estilos jerezanos como Tío Luis El Cautivo, Tía María La Jaca, Tío Vicente Macarrón, Juanelo y el señor Manuel Molina, intérpretes todos ellos de tonás.
                                                          
                                                Desgraciaíto de aquel
                                       que come pan de mano ajena,
                                       siempre mirando a la carita
                                       si la pone mala o buena.

  Los cantes de fraguas se llaman también cantes a palo seco, pues no llevan acompañamientos de guitarra, aunque algunos se acompañan a base de golpes de martillo sobre el yunque (MARTINETE).

  En este grupo de los cantes de fragua se incluyen: La toná, la debla y el ya mencionado martinete, denominándose también a estos cantes como cantes del grupo de las tonás, ya que en un principio se llamaban "toná" (tonadas) a todos los cantares propios de las diferentes labores. En la actualidad y dentro del mundo del flamenco, la denominación de toná sólo alcanza a los cantes procedentes de las tonadas de los herreros, conociéndose como formas de tonás a los palos de deblas y martinetes.



Existen teorías de ilustres flamencólogos como Ricardo Molina, Antonio Machado Álvarez (Demófilo), Andrés Salom..., que afirman que el cante de fragua se encuentra entre los de más honda raíz gitana, justificando esta teoría al explicar el típico trabajo que los gitanos de la baja Andalucía tenían en el pasado siglo: la fragua.

          Hacia el final del siglo XVIII aparece Tío Luis el de la Juliana, primer impulsor, creador de esas primitivas tonás como fueron  la toná grande, la del Cristo, la de los pajaritos, creador también del cante de la liviana y de la  toná y liviana. . Este viejo aguaor fue persona fundamental para que hoy podamos conocer algo de esos inicios del flamenco por los comentarios sobre  sus vivencias que él mismo explica a escritores de la época.
    
          Tras esas añejas tonás, encontramos una  serie interminables de cantes por siguiriyas netamente jerezana  en las voces de siguiriyeros como El loco Mateo, Paco La Luz, Juan Junquera, Diego El Marrurro, Manuel Torre y ¿qué decir de la creación de su particular cante corto por bulería?, cantaores como  Tío Borrico (con su jondísima y jerezana bulería por soleá), Tía Anica la Piriñaca, El Gloria, José Cepero, Don Antonio Chacón, Fernando Terremoto, Manuel de los Santos Agujetas, La Paquera, El Sernita, Antonio Núñez el Chocolate, El Sordera, José Mercé , Juan Moneo el Torta…, tocaores como Manuel Morao, Parrilla, Paco Cepero, Moraíto, Niño Jero o bailaores como Antonio el Pipa entre otros hasta completar con toda seguridad una lista interminables de artista que de esta localidad salieron y que en la actualidad nos siguen deleitando con sus cantes, toques y bailes  plenos de arte y compás.






























viernes, 20 de septiembre de 2013

Sábado 21 de septiembre (entrega nº 45) EL Camarón de la Isla


ENTREGA Nº 45       21 DE SEPTIEMBRE DE 2013 


                            EL CAMARÓN  DE  LA ISLA
                           
         El 5 de diciembre de 1950 en el número 29 de  la calle del Carmen, barrio de  “Las Callejuelas” de la localidad gaditana de la Isla, la gitana Juana Cruz dio a luz a su séptimo hijo,  José Monje Cruz  “Camarón de la Isla”, gitano, canastero y uno de los cantaores más importante de la historia del flamenco, hijo también del fragüero Luis Monje.


         Desde que nació vivió ambiente de cante, la voz de su madre Juana gran cantaora, ya empezó a darle  “las primeras enseñanzas artística” que unido a todo lo que escuchó en la fragua donde trabajaba su padre, hizo de este gitanillo flaco y muy rubio (de ahí el apodo de Camarón  que su tío José le pusiera ) todo un viejo del cante desde muy temprana edad, pues con sólo cinco añitos ya cantó en el colegio  de La Salle conocido en San Fernando como en muchas zonas de la bahía como colegio de los hermanitos.
                              
         Según nos dice el escritor y maestro isleño Enrique Montiel en su obra: Camarón, vida y muerte del cante, ”Camarón llegó a decir, incluso, que su madre lo parió cantando por bulerías y no llorando.”

         A la muerte del padre las necesidades de la familia eran abundantes por lo que Camarón con siete años, suele ir acompañado de su hermano Manuel a visitar tabernas, el tranvía (como hicieran  El Chato de la Isla) o la Venta Vargas para poder ganar algunas pesetillas que aliviara las necesidades de su casa.

         Al hablar de Camarón de la Isla o de  flamenco en San Fernando forzosamente hay que mencionar a la familia Vargas, concretamente a Juan Vargas y María Picardo, aludir a la muy famosa Venta de Vargas. Por ella pasaron artistas superconocidos como  el Chato de la Isla, Aurelio el tuerto (Aurelio Sellé), Rosa la Papera, su hija la Perla  de Cádiz (más de una vez se ha comentado como  los cantes de esta hija de Rosa la Papera influiría en José, sobre todo por Alegría y por soleá de Cádiz, aunque Camarón en palabras de la propia Perla los mejoró), Pericón, El cojo Farina (Bailaor), El Beni, Caracol, El Sordera, Fernando Terremoto, El Borrico de Jerez…raro es el artista que no ha pasado por este flamenco local, verdadero mecenas del flamenco, Unos a ganarse el pan, para poder medio vivir, pero otros como el caso de Manolo Caracol, artista consagrado como primera figura y amigo íntimo de Juan Vargas a visitar cuando tenía ocasión a su íntimo amigo.


         En una de esas visitas cuando José Monje apenas contaba con doce años, Juan Vargas  le presentó al maestro de “La Niña de Fuego, Carcelero, Salvaora”… quien (según cuentan) no le prestó atención, cosa que se consideró como un desaire al rubio gitanillo de la Isla. Con el tiempo el mismísimo Caracol comentaría que los cantes de Camarón lo enloquecía.

         En la feria de Sevilla de 1963, tras una actuación en la caseta de la Venta de Vargas, llega a oídos de Antonio Mairena la genialidad y lo viejo de los cantes de un niño de doce años natural de San Fernando al que le cantara al día siguiente de tal forma por Bulería que el maestro entusiasmado se le arranco con una pataíta al compás de José.

         De Sevilla podemos decir que arranca el inicio de futuros éxitos para este tímido cantaor pues tras la feria hispalense, es contratado por Miguel de los Reyes para actuar en Málaga, luego es contratado por diversas compañías como la de Valderrama, Dolores Vargas… más tarde en Madrid en el Torre Bermeja donde es escuchado por Antonio Sánchez padre de,  pocos años más tarde, grandes tocaores como Ramón de Algeciras y Paco de Lucía. Es pues en Torre Bermeja donde se conocen José y Paco, encuentro fundamental para el futuro artístico de dos de los talentos más grandes que ha dado el flamenco. Camarón de la Isla y Paco de Lucía o Paco de Lucía y Camarón de la Isla, tanto monta- monta tanto.


         De ahí hasta su temprana y desgraciada despedida todo fue un sinfín de reconocimientos y de éxitos. José Monje Cruz “Camarón de la Isla”, es conocido en el mundo entero, su genio, su voz, su  compás, su desgarro su “jondura en la sangre” como diría Federico García Lorca de otro grande  es ve y escucha en cualquier lugar del Planeta, Camarón se convierte en un mito en vida y diez años después de dejarnos recibe el mejor reconocimiento que un flamenco pueda tener: “La Llave de oro del Cante”

                                      En la Isla yo nací,
                                               Me crié al pie de una fragua
                                               mi mare se llama Juana
                                               y mi pare era Luis…

                       




















viernes, 13 de septiembre de 2013

Entrega nº 44 Cantaores de la Isla - 1-

ENTREGA Nº 44       14 DE SEPTIEMBRE DE 2013 
La Isla y el flamenco (2): Sus cantaores
                            EL VIEJO DE  LA ISLA
         PEDRO FERNÁNDEZ PIÑA, cantaor gitano, era muy conocido por sus cantes por seguiriyas dejando escuela propia, su nombre artístico más conocido en la historia del cante flamenco era de EL VIEJO DE LA ISLA, nació en San Fernando en el siglo XIX. Hermano de María Borrico.

         Demófilo lo incluye en su nómina de intérpretes insertada en su obra Colección de cantes flamencos, aparecida en 1881, en la que también figura como Perico Piña, nombre por el que igualmente era conocido, lo que ha dado lugar a considerarlos dos intérpretes distintos.

         Se le recuerda como un personalísimo siguiriyero, una de cuyas letras más habituales era la siguiente:
                                      Fragua, yunque y martillo,
                                               Rompe  los metales,
                                               Er juramento que yo a ti tajecho,
                                               No lo rompe naide.
                                     
         Al parecer su trayectoria artística estuvo limitada a su comarca natal y sin embargo alcanzo gran notoriedad y fama. Sus hijas, en 1865, formaban parte de la compañía de Silverio, y en otras funciones hacían pareja de baile con los hijos de Curro Durse, según datos de la época.

                                               MARÍA BORRICO

         María Fernández Fernández fue la hermana mayor de Pedro Fernández, "El Viejo de La Isla." Según estudioso de la época gracias a  ella encontramos  un estilo de seguiriya que ha sido varias veces comentado  como un engarce entre las seguiriyas más  antiguas y modernas. En 1830 nació en la Isla de León,  bautizándola con el nombre de María de Montemayor de todos los Santos. Hay flamencólogos que opinan que su cante recuerda al de Perico Frascuela o al de Juan Junquera.

                                      Dice mi compañera
                                               que no la quiero,
                                               cuando la miro, la miro a la cara,
                                               yo el sentío pierdo.
        
         Cómo se ha indicado en algunas ocasiones tercios de su estilo por siguiriya se ha cantado “a modo de macho” para terminar la Liviana o la Serrana.
                                              

                                               ÁLVARO DE  LA ISLA

         Cantaor isleño que destacó en el cante para bailar, pero sin olvidar su peculiar forma de interpretar los fandangos, cante que dominaba.

         Nació Andrés Álvarez, pues así se llamaba este cantaor, en el año 1927, muriendo con poco más de cuarenta años, cuando prácticamente empieza a ser reconocido como un grande en los cantes “patrás” pues le cantó a Antonio,  actuando  con gran brillantez en El Corral de la Morería, con el ballet de Rosario o en Torre Bermejas.
        
                                           EL NIÑO DE  LA ISLA                                                 

            Nacido en el 1877, este payo llamado José López  Domínguez fue considerado a principio del siglo XX como uno de los importantes en reuniones privada o en  actuaciones en los café cantantes como El Novedades, entre sus cantes preferido que lo hacía con exquisito arte estaban  los tangos, grabó poco pero lo hizo con tal maestría que pocos lo mejorarían, su especialidad en los cantes más antiguos la dejo patente en sus grabaciones, todas recogidas tras su muerte en diciembre del 1929 por su aficionado más importante, el duque de Alba. 
         Gracias a esta circunstancia ha podido en  un futuro inmediato oírse los cantes de este isleño.
                                               EL CHATO DE  LA ISLA
            De nombre José Llerena Ramos nació en el año 1.926 y murió en la localidad madrileña de Fuenlabrada a los ochenta años de edad. Su apodo de El Chato, claramente como consecuencia de la fisonomía de su rostro, le hizo famoso hasta incluso después de muerto, “el chato más chato que cantaba porque había nacido para cantar”, llegó a escribir en el País Ángel Álvarez Caballero el 7 de agosto de 2006.

         Cuentan que empezó a  Cantar con apenas ocho años y lo hacía en los tranvías del trayecto Cádiz- San Fernando, donde realizaba sus cantes para luego pedir unos reales, algunos días llegó a cobrar hasta catorce pesetas con lo que se podía alimentar toda su familia.
         Caracolero de convicción, el mismo Chato decía de Manolo Caracol con quien compartió escenario en los Canasteros que fue el mejor cantaor que escuchó en su vida. Destacó por su finura en el cante,  pero sobre todo para bailar, cosa que realizó durante algo más de veinte años entre cabarets gaditanos, La venta Vargas, para más tarde en el 1961 marchar a Madrid, trabajando en las Brujas, en reuniones y fiestas privadas donde él comentaba que se encontraba a gusto
                        




viernes, 6 de septiembre de 2013



ENTREGA Nº 43       7 DE SEPTIEMBRE DE 2013 

         La Isla y el Flamenco (1)

         San Fernando, La Isla representa también un eslabón importantísimo en esta flamenca cadena  que forma  la  comarca de Cai y los Puertos, y no sólo por los muchos nombres ilustres que de la isla salieron como El viejo la Isla, su hermana María Borrico con su sello personal en la siguiriya, el Niño de la Isla, el Chato de la Isla, Álvaro de la Isla, Tina Pavón,  La Niña Pastori o el mismísimo Camarón,  IV llave de oro del cante, sino por su particularísima forma y manera de hacer del flamenco un cante tan propio, citando sólo como ejemplo su siguiriya corta de la isla, que tan magistralmente nos transmitió el puertorrealeño Cojo Pavón.

         Hablar de la historia del flamenco en esta comarca de los puertos, amén de los ilustres mencionado, es hablar de su más emblemático lugar de encuentro, La Venta de Vargas.

          En el año 1924 Catalina Pérez se hace con el arrendamiento de una Venta llamada Eritaña que pronto se hace famosa por su excelente cocina. En 1935, Juan Vargas compra el negocio pasando desde entonces a llamarse Venta de Vargas.

         Poco a poco  la Venta de Vargas se fue convirtiendo en lugar de encuentro de todo lo relacionado con  el flamenco, adquiriendo gran prestigio entre los cantaores y aficionados hasta convertirse en algo así como  la catedral del flamenco de Cádiz.



         Artistas como Caracol, se dice que Camarón le cantó siendo aún un niño, Lola Flores, Chato la Isla, el propio Camarón tiene grabaciones en directo,  Alvarito de La Isla, Pericón de Cádiz, Aurelio Sellés, La Perla de Cádiz, Manuel Monge, Pansequito, Bernarda y Fernanda de Utrera, Cojo Peroche, Manolo Vargas, Beni de Cádiz, Rancapino, Chano Lobato, Manolo Brenes, Juanito Villar, Pablito de Cádiz,  El Bohiga, Cojo Farina, Joselito de Chiclana, Capinetti, Niño de Los Rizos, Gineto, Pilar y Juan Ogalla, Jesús Guerrero y más recientemente otros grandes nombres como Sara Baras o Niña Pastori, realizaron actuaciones sublimes en esta enigmática venta.

         La siguiriya corta de la Isla, creada por el Viejo de la Isla fue interpretada y grabada por grandes artistas como Chacón o Pastora Pavón a quienes les sirvió de base para, con algunas modificaciones en sus tercios, crear luego magistrales estilos.

         Muchos estudiosos afirman que la siguiriya del Viejo de la Isla fue una de las más grabadas en los primeros años del pasado siglo.

         Otra forma muy particular es la que interpretara María Borrico, estilo este también  que desde la segunda mitad del siglo XIX, sirviera de macho en cantes como la Liviana.

         Independientemente de los encuentros flamencos en reuniones familiares, fraguas como la de Luis Monje (padre de Camarón), o la mencionada Venta, es de destacar los trabajos que los buenos aficionados de la Tertulia Flamenca de la Isla realizaron en pro del flamenco desde su fundación en 1974, así como los de la Peña El Chato de la Isla o la dedicada al gran cantaor isleño Camarón de la Isla.