jueves, 31 de marzo de 2016

Nueva entrada ( 31 de marzo de 2016) LA SERRANA

Serrana

Es un cante que,  al igual que la Liviana, lleva el compás de la siguiriya, llevando la misma métrica que la seguidilla castellana o lo que es igual que la Liviana de estos cuatro versos, el primero y el tercero riman en blanco (heptasílabos) y el segundo y el cuarto pentasílabos y con rima asonantada.
Sus temas son generalmente  camperos o de la sierra, de ahí su nombre, refiriéndose casi siempre a Andalucía. En 1.847 Estébanez Calderón en sus "Escenas Andaluzas" ya cita a "las modernas serranas", por lo que debe ser todavía más antigua, quizá en torno a 1.825.
                             "Por la Sierra Morena
                                      va una partía,
                                      al capitán le llaman
                                      José María."

Tiene, además de la forma estrófica como la Liviana, un terceto que la complementa, tres versos de cinco, siete y cinco sílabas rimando generalmente de forma asonantada, que suele ser su macho como final por siguiriya.
                             "...Que no va preso
                                   mientras su jaca torda
                                   tenga pescuezo."



Al igual que ocurre con su hermana la Liviana, son dos grandes maestros de la última época flamenca los que conservan los dos estilos que actualmente se pueden escuchar de la serrana y estilos de los que se pueden decir que conserva, aunque con algún matiz, bastante semejanza.

Grandes cantaores de la Serrana fueron Silverio (catalogado como el gran maestro de la Serrana), Gallardo el de Morón, Antonio Silva el Portugués, Antonio Chacón, Onofre, Antonio Rengel.

Dos han sido las provincias que defienden su origen: por un lado Málaga, que deduce que proviene de los cantos de los contrabandistas de la serranía de Ronda, y por otro lado Huelva, que asegura que la Serrana es un cante oriundo de las sierras de Aracena y Aroche, haciendo valer los cantaores anteriormente citados como Antonio Silva el Portugués, de quien se dice que recogió los cantes de la genial Dolores la Parrala, y el también nombrado con anterioridad Antonio Rengel.

La Serrana, como se dijo en la Liviana, es un cante sin salida y sin macho, por lo que utiliza generalmente de la Liviana para su "salía"  y de la siguiriya para su final, remate o macho.

Actualmente existen algunos cantaores que mantienen en su repertorio a la Serrana y todos de las fuentes que nos llegan a través de Mairena o del de la Matrona, destacando cantaores como Fosforito, Naranjito de Triana, Meneses...
                                        
                                               Mío es el árbol,
                                               mía será la tierra
                                               y el olivar y el trigo
                                               que ya lo eran.

                                               Por la noche en la sierra
                                               con mi serrana
                                               los luceros se encienden
                                               pa ver su cara.












miércoles, 23 de marzo de 2016

“... las Saetas son como flechas que atraviesan el corazón....” Entrega nº 178 (Jueves Santo 24.3.16)

Saetas
En nuestro rincón, en el solar andaluz, en la Baja Andalucía. Porque la saeta flamenca, porque nuestra saeta, nació aquí. Donde se fraguaron los jondos cantes que representa nuestra cultura, los profundos ecos flamencos que tanto nos hacen sentir. Porque  también es cuna de esta forma de sentir, de esta manera de rezar a undibé.

Ahí están las afirmaciones por citar un ejemplo de Gabriel del Estal sobre los comentarios que en su día dijera Antonio Mairena. “En principio  del siglo (se refiere al reciente pasado siglo XX) llegó a Sevilla una sencilla forma jerezana que se empezó a llamar Saeta por Siguiriyas, con tanta o más dificultad y duende que el mejor cante por Siguiriyas y, por los años treinta, el cante por saetas había llegado a ser de máxima altura de gran desarrollo.

      "Como no tenían naita que hacerle
                  le escupen y le abofetean
                  y le coronan de espinas
                  y la sangre le chorrea
                  por su carita divina"

Es evidente que las saetas flamencas (pues varios son sus estilos) nos llega tal vez siglos después de esas apariciones por los siglos XVI y XVII cuando los Hermanos Reverendos Padres del Convento de Nuestro Padre San Francisco hacían por las calles sus estaciones del Vía Crucis cantando Saetas mientras perdonaban los pecados a todos los que quisieran. Saetas éstas, lejos de las actuales y de las que no se conservan algún documento sonoro para poder explicar su musicalidad.


Con el paso del tiempo y poco a poco, a los andaluces nos van llegando esos sentidos versos a modo de flechazos y así  arriban al corazón de los flamencos quienes hacen que se vaya fraguando con el transcurso de décadas y décadas  y  con las aportaciones de las diferentes maneras, de las distintas formas que en nuestro pueblo entendemos los rezos… y el pueblo flamenco lo entienden así: Con sus cantes.

La Saeta es la genuina voz de nuestra Semana Santa o bien como nos dice Alfredo Arrebola. la saeta es el corazón del pueblo andaluz, aguijonado por el dolor divino, del que brotan lágrimas que transformadas en dardos fulgurantes, se hacen coplas.”

                        El cantar del Pueblo andaluz

                            que todas las primaveras

                            anda pidiendo escaleras

                            para subir a la cruz.

La Saeta es pues la expresión más religiosa de nuestro pueblo, su origen, a pesar de los muchísimos estudios realizados, sigue siendo una verdadera incógnita.
La Real Academia de la Lengua define en el año 1.803 a la Saeta como Coplilla que suele cantarse en la Iglesia o en la calle, y no es hasta el año 1.918 cuando aparecen las primeras saetas en el flamenco. Según unos a través de la voz de Manuel Centeno, cuya saeta encontramos con tercios muy alargados, otros gracias a D. Antonio Chacón (tal vez por coincidir con las primeras grabaciones sonoras), incluso a Manuel Torre aunque hay quien opina que años antes ya se escuchaba estas oraciones flamencas a Enrique el Mellizo, al Cojo de Málaga y a la Niña Parra. Destacan también en esta etapa de esplendor La Serrana, Medina el Viejo, Pastora Pavón- La Niña de los Peines-, Manuel Vallejo y ¡cómo no! El Niño Gloria de cuya personalidad y forma de hacer los cantes han bebido muchos artistas de su época o de años posteriores, y claro no podía ser menos con la saeta a la que le imprimió eso sello suyo especial, esa estructura perfectamente flamenca y jerezana.
Esta Sagita (dardo, flecha) es como un mensaje, una petición, una esperanza, una manifestación de arrepentimiento, de perdón, un rezo, una invocación en voz alta dirigida a la Virgen o al Cristo.


 En palabra de unos de nuestros mejores poetas como fue Federico  García Lorca  “... las Saetas son como flechas que atraviesan el corazón....”
                                   Jesús que vas “ataíto”
                                   con cordeles y desnudos,
                                  dame un granito de fe,
                                 para comprender el mundo.
 La Saeta como cante ha llegado a transformarse de tal modo que lo que en principio fue una creación sin melodía, se ha convertido en uno de los cantes más bellos y sensibles.


A lo largo de su historia cabe destacar como en varios trabajos de investigación nos aseveran que la Saeta ya la cantaban los cristianos recién conversos para aumentar la poca fe que la Iglesia puso en su cristiandad.

Otros estudios nos explican que el origen de este cante-oración hay que buscarlo en los ALMUÉDANOS  de las mezquitas de Córdoba, Granada y Málaga.
Por otra parte el flamencólogo José Carlos de Luna las derivas de los recitados y salmodias de los antiguos duelos, mientras que Fray Diego de Valencina nos indica que la Saeta fue creación de los frailes capuchinos de Andalucía quienes en un principio las utilizan en sus penitencias procesionales como remedio pues veían como se iba perdiendo su poder con la predicación y con estas Saetas Penetrantes hacían conmover los corazones más duros.
                                   Jesús de la buena muerte
                                   perdona nuestros pecados.
                                  Si volviéramos a verte
                                 serías crucificado,
                                ¡por los que dicen quererte!
                                  

                                   ESTROFA Y MUSICA EN LA SAETA 

Una estrofa de cuatro o cinco versos con rima romanceada es la forma métrica que normalmente se emplea para la Saeta.
Su Música no puede ser más conmovedora, su entonación grave, pausada, a veces lúgubre y casi monótona dejando como en suspenso la cadencia final y viendo en sus tonalidades reminiscencias de los cantes sinagogales de los judíos o como se indicara anteriormente de los almuédanos quienes desde su alminar llamaba a la oración a los fieles con cantos evocadores.
Son pues desde esos primeros tiempos de la Andalucía musulmana a través de vivencias religiosa como entendemos a la Saeta y claro ha quedado por los muchos estudios realizados que el pueblo andaluz por encima de todo es un pueblo eminentemente religioso.
A los andaluces nos llegan los “sentíos”  versos de la Saeta a modo de flechazos a través de los tiempos y así arriban también al corazón de los flamencos pues El cante flamenco como fenómeno abierto a todas las vivencias, no podía estar al margen de estas peticiones o quejas

                                             Atormentao” y sin culpa
                                               te llevan en una cruz.
                                               Lo mismito trata el amo
                                              Al campesino andaluz.

¿Qué es el flamenco sino expresión de muchos sentimientos? ¿Qué es el flamenco sino una forma de quejarse, de sentir?
¿Acaso ese “fraguao” de etnias de cultura primitivas que es el flamenco podría estar ajeno a ese sentimiento religioso de sus gentes?

Dijo Federico García Lorca que El Flamenco es un rarísimo ejemplar de canto primitivo.
El flamenco en palabras de Antonio Gala tiene entre sus grandes valores el de manifestar esa forma de quejarse de los grupos oprimido.
                                  
                                  ESTILOS DE LA SAETA

Referente a los distintos estilos de interpretar la Saeta hay que volver también a esos hipotéticos orígenes, pues antes de que al principio del siglo XX bien el Cojo de Málaga, Centeno o Chacón aflamencaran estas letras de pasión, agonía y muerte del Cristo, aparecen las emanadas directamente de aquellos Rosarios de la Aurora introducidos  por Fray Pedro de Ulloa o las penetrantes de los frailes Capuchinos como las de Fray Diego José de Cádiz quién escribió cinco en total y que fueron conocidas como MISERERE, las del Pecado Mortal cantadas de madrugá y como las anteriores por frailes, Saetas del Prendimiento que se cantaban en Cabra y que consistían en intercalar fragmentos cantado en las ceremonias populares durante la Semana Santa.
Entre los años 1.800 y 1.840, la Saeta va dejando de ser un canto exclusivo de los monjes Capuchinos o Franciscanos para ir poco a poco a convertirse en un canto del pueblo aunque todavía sin las matizaciones del flamenco pues estas primitivas Saetas populares tenían formas sencillas,  livianas y tal vez musicalmente  pobre en su ejecución.
Eran Saetas autóctonas de distintas comarcas andaluzas llamadas: La Saeta Vieja de Córdoba, Las Cuarteleras de Puente Genil, La Samaritana de Castro del Río, La Saeta Vieja de Arcos, Las Marcheneras...
Sobre estas últimas de la localidad de Marchena encontramos serias opiniones que nos afirman de que fue un epicentro saetero donde factores   históricos, sociales, musicales o religiosos aseguran a Marchena como cuna saetera y  así tenemos  las Cuartas de Nuestro Padre Jesús de Nazareno, del Dulce Nombre de Jesús, Del Señor de la Humildad y Paciencia o Carceleras de la soledad (todas basadas en coplas de cuatro versos), las Quintas y Sextas del Cristo de San Pedro de la Hermandad del Santísimo Cristo de San Pedro y María Santísima de las Angustias, formadas por estrofas de cinco o seis versos cada saeta. Todas creadas por los propios hermanos de las distintas cofradías.
Cuando la Saeta nos viene al flamenco lo hace emparentándolas con los palos más duros y jondo que pudieran existir en la nomenclatura de nuestros cantes, y así encontramos en la escuela trianera y sevillana los más puros estilos de saeta por Tonás o Martinetes como por ejemplo  la Saeta y Toná del Cristo mientras que desde Jerez aparece con claros melismas siguiriyero de ahí la Saeta por Siguiriya genuina de la escuela jerezana como la interpretada por El Niño Gloria, su hermana la Pompi o el mismísimo Manuel Torre.
                                               Pilatos te condenó
                                               ante el pueblo soberano.
                                              Han pasado veinte siglos,
                                              Y otros se lavan las manos.
No se puede olvidar otros estilos flamencos de Saetas más personales como los interpretados, entre otros por Marchena, Valderrama, Antoñita Moreno con unas maneras propias de los años cincuenta  cuando los matices de las saetas se realizan a través de alargar los tercios en demasía, no exentos de gorgorismos  y perdiendo en jondura, aunque sin perder el sentido de lamento sentencioso de sus letras. Lógico, pues coincidían con la época de la ópera flamenca.

                                   LAS LETRAS DE LA SAETA

El cómputo de las letras de Saetas que conocemos está afortunadamente alterado pues cada año nacen nuevas Saetas con ligeras, a veces, variaciones sobre el mismo tema. La calidad de la Saeta puede llegar incluso al rango de consumada obra de arte, pero al ser cantada esta oración de forma espontánea al paso de alguna imagen procesional, esa calidad no es imprescindible.
Suelen evocar las Saetas en sus letras algún momento de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, del dolor de la Virgen, o bien pedir alguna gracia.
                                               Tú que penas, tú que sufres,
                                               Virgen de la Soledad,
                                               te pido para mis males
                                               pan, trabajo y libertad.

También encontramos muchas letras en las que predominan el piropo hacia algunas de las imágenes de los tronos procesionales, o sobre algún detalle que “el poeta” quiera destacar, cosa comprensiblemente fácil para la conocida imaginación del pueblo andaluz.
                                               Tienes del color moreno
                                               tu carita de azucena,
                                               y tienes tan blanca el alma
                                              como negras son tus penas.
           
               INTÉRPRETES DE LA SAETA

A lo largo de la historia del flamenco son muchos los grandes cantaores que han destacado como buenos intérpretes saeteros, recordamos a los ya nombrados como Centeno, Cojo Málaga, D. Antonio Chacón, Enrique el Mellizo, Manuel Torre, Niño Gloria, Tomás Pavón, La Niña de los Peines, Enrique el Morcilla, Manuel Vallejo, La Niña de la Alfalfa, Antonio Mairena, Pepe Marchena, Rafael Romero, Juanito Valderrama, Pepe Pinto,
Antoñita Moreno, La Paquera de Jerez, Manuel Mairena, Jarrito, Manolo Caracol, Juan Hierro y Frasquito de Puente Genil, Ángel Vargas (de Jerez), Canalejas de Puerto Real (Costumbre la de Juan de acudir todos los años a cantar a Nuestro Padre Jesús durante la Semana Santa de Jaén). Es digno de destacar una larguísima lista de cantaores y cantaoras anónimos que cada año suelen renovar su voto, su promesa  como ellos saben. Rezándoles a su Cristo o su Madre, cantando.


jueves, 17 de marzo de 2016

Entrada nº 177 ( Escuela trianera del cante por Seguiriyas)

LOS PALOS DEL CANTE  57-
Seguiriya  (4)

ESCUELA DE TRIANA     

Paradójicamente esta escuela siendo la que mayor foco arcaico conservara, la que más llevara esa cadencia propia de los aires de tonás, la escuela que, en definitiva, intenta que las otras no vayan perdiendo esos primitivos ecos, es la escuela menos conocida como tal, imponiéndose los estilos de Jerez y de Cádiz y los Puertos, mucho más interpretados y, por lo tanto, populares.
Aunque con distintos matices pero con esas mismas cadencias antes apuntadas, encontramos en Sevilla y su provincia localidades ricas en cantaores que conservaban estos estilos trianeros, como son Utrera, Morón, Lebrija, Alcalá.


Por el año 1.850 aparece por los campos de Jerez o por Cádiz un gitano del municipio sevillano de Gelves que, invitado por el Sr. Manuel Molina, se dedica a cantar estas siguiriyas primitivas de las que aprendieron Curro Durse, Paco La Luz, entre otros; se trata de Frasco El Colorao.
                                            "A las dos de la noche
                                              me despierto y digo:
                                           ¿Dónde estará mi compañerita
                                             que no está conmigo?"

Este estilo de Frasco el Colorao con tercios ligados, con dura expresión y esas ya señaladas especiales cadencias, va a servir de base para otros cantaores trianeros, destacando entre todos una familia, la de los Caganchos, quienes engrandecieron los estilos trianeros que nos llegan a través de Tomás Pavón y, más tarde, de Pepe el de la Matrona, de quien se dice es el máximo representante y conocedor de la escuela de Triana.

                                               "Que duquelas más grandes
                                                  a mí me llegó,
                                                  malhaya sea estos pasitos
                                                 que esta gitana dio."

Otro artista importante que le dio realce a este estilo de siguiriya (insisto donde se aprecia el aire de semejanza de tonás) es Pepe el Culata sin olvidarnos del que según algunos fue el mejor cantaor de todos los tiempos: Silverio Franconetti, quien consiguió dignificar el cante llevándolo desde las tabernas a los cafés cantantes y de ahí con toda seguridad a nosotros. De Silverio decía Lorca:
                                    "...Los viejos se erizaban los cabellos y se abría el azogue de los espejos..."

 Que pena más grande
                                               tengo en mi corazón,
                                               to el mundo tiene puerta en donde llamar
                                               yo las encuentro cerrás.

                                               Por qué no dais
                                               la limosna al pobre,
                                               dársela por Dios, el chorrorito viene
que malito de amor
(Siguiriya de Pepe el Culata)

                                               Cuando vino el Santolio
                                               los ojos abrió
                                               y a mí me dijo, compañerita de mi alma
                                               quédate con Dios.
                                             (Silverio Franconetti)

                                               Calorrós de Triana
                                               duquelas pasaron,
                                               los variables cortaron los puentes
                                               y ellos se ahogaron.

                              




                                                               

jueves, 10 de marzo de 2016

La Seguiriya (3) Cádiz y Los Puertos

LOS PALOS DEL CANTE  -57-

Seguiriya  (3)

ESCUELA DE CÁDIZ Y LOS PUERTOS


Aunque pertenecen a la misma escuela Los Puertos (San Fernando, Sanlúcar, Puerto de Santa María y Puerto Real) y Cádiz, existen entre ellos distintas variedades de siguiriya dependiendo del cantaor que las creara y así diremos que el estilo de siguiriya de Cádiz y los Puertos es rico en melisma (que diría Ricardo Molina), con abundantes ecos de tonás con reminiscencias claras de la escuela trianera, no en vano los maestros de los cantes de Cádiz y los Puertos acudían con frecuencia a Triana donde recibían esas fuentes fragüeras  o con aires fragüeros que las siguiriyas de este rincón poseen, sus tercios son largos y airosos y casi sin pausas, al menos así eran las del Planeta y las del Fillo (no hay que olvidar el tiempo que ambos gaditanos estuvieron en Triana).
                                                              "Mataron a mi hermano
                                                                e mi corasón
                                                                y los chorreles que l'han quedaíto
                                                               los mantengo yo."
Así cantaba el Fillo por siguiriya por la muerte de su hermano Curro Pabla (Francisco de Paula), también buen siguiriyero de Puerto Real.

                                                               Por aquella ventana
                                                               que al campo salía
                                                               le daba voces a la mare de mi alma
                                                               y que no me respondía.
                                                              Mataste a mi hermano
                                                              No te he perdoná
                                                              tú las matao liaíto en su capa
                                                              sin jaserte ná.
                                                             (El Fillo y El Nitri)




Heredero de estos cantes de los Puertos encontramos al Nitri (Tomás Vargas Suárez), sobrino del Fillo nacido en el Puerto de Santa María, primera llave en la historia del cante. Otros cantaores destacados del cante por siguiriya de Cádiz y los Puertos son: Enrique Ortega Díez "El Gordo" (siglo XIX) y contemporáneo de él fue la isleña María Borrico, hermana de otro gran cantaor de San Fernando: El Viejo de la Isla.
Uno de los representantes más característicos del cante de Cádiz y los Puertos fue, sin lugar a duda, Francisco Fernández "Curro Durse", fuente de la que más tarde beberían cantaores tan importantes como El Mellizo y Aurelio Sellé.
                                                                Dicen que duerme sola,
                                                                mienten como hay Dios,
                                                                porque de noche con el pensamiento
                                                               dormimos los dos.
                                                            siguiriya de Curro Durse)


Además de estos cantaores de Cádiz hay que recordar cuando se habla de siguiriyeros de los Puertos a: Luis el del Cepillo y su hermano Alonso, de El Puerto de Santa María, y los sanluqueños José Vargas Serrano (Bochoque), su hermano Miguel el de la Pepa, llamados ambos los "Micos" y Perico Frascola.

                                                               Mi mare la rosa,
                                                               mi hermano el clavel,
                                                               el espejito donde yo me miro
                                                              mi mare lo vé.
                                                     (siguiriya de Bochoque de Sanlúcar)
                                                              
                                                                Franquito y libre
                                                                yo me cautivé
                                                               con una morita turquita y fea
                                                               cumpliendo con un debé.
                                                             (de Perico Frascola)

En Puerto Real, desde principio de siglo hasta su último tercio, se encuentra un cantaor gitano que, aunque de forma anónima, ha conservado la pureza de estos cantes de los Puertos: Juan Pavón "Cojito Pavón".
Después de estos maestros de otras etapas de la historia del flamenco, destacan cantaores como Antonio Mairena, Pepe el de la Matrona y Fosforito, que junto con el gitano sanluqueño Ramón Medrano han estudiado y conservado, siendo verdaderos depositarios de estos estilos para que no cayeran en el olvido.
                                                              Malena de mi alma
                                                            ¿dónde estás metía?
                                                              que yo te busco por toítos los rincones
                                                             de noche y de día.

                                                             Por toíta las boquitacalles
                                                             yo vuelvo la cara
                                                             por ver si veo a la verita mía
                                                             a la madre de mi alma.
                                                 (siguiriyas cortas de la Isla; Cojito Pavón)