De un tiempo reciente a esta parte se
están realizando una gran labor de rescate de estos tradicionales
villancicos flamenco, siendo de destacar el mérito de las peñas
flamencas pues rara es la que no tiene un grupo más o menos modesto
con su repertorio de villancicos locales al son de los compases
flamencos. ¡Y cómo no!, una vez más Jerez de la Frontera tiene que
destacar en esta labor de investigación y difusión de los cantes
festeros de nuestra Navidad llevándose la palma con esos coros de
familias flamencas como la del Parrilla de Jerez, con cantaores como
El Mono, Tomasa "La Macanita", Curro de la Morena, Ángel
Vargas o Manuel Soto "El Sordera" sin olvidarnos de la sin
par familia de los Méndez con La Paquera de Jerez al frente, ni de
los trabajos del Aula de la Cátedra de flamencología de Jerez, del
Centro Andaluz de flamenco o las colaboraciones de entidades como la
Caja de Ahorro de Jerez lanzadora de los trabajos de recuperación
de estos cantares con ese ya famoso corodirigido como se indica anteriormente
por el guitarrista Parrilla de Jerez
"En
el cielo se alquilan balcones,
para un casamiento que se
va hacer
que se casa la Virgen
María,
con el Patriarca señor
San José."
Como
varias veces se ha comentado Jerez
de la Frontera es el mejor marco de una de las tradiciones
culturales y musicales
más propias de nuestro folclore, las zambombas. Desde el último
tercio del siglo XVIII en los días previos a la celebración de la
Navidad,
vecinos y familiares
se reúnen en los patios de las casas de vecinos o también en los
corrales de las gañanías. En ellas se forma un corro alrededor de
las candelas, donde se cantan y bailan a Jesús, María y José,
mientras se reparte moscatel, anís, ponche, pestiños y demás
productos navideños. Y todo al compás del instrumento que da
nombre a estos encuentros: la zambomba.
La
Zambomba tiene una diferencia fundamental con el resto de las fiestas
flamencas, y es que se trata de una celebración con un fuerte
carácter participativo, mientras que en las demás fiestas y juergas
hay una separación entre protagonistas (cantaores, tocaores y
bailaores) y público, en la zambombas todo el mundo participa
cantando o tocando algún instrumento. Así se pierde el carácter
individual del cante flamenco, para convertirse en un canto a coro
aflamencado.
Así
sucede también en Cádiz o en los Puertos igual que en cualquiera de
las comarcas andaluzas ya sea en las peñas flamencas de su pueblo,
en las plazas de cada localidad o en cualquier lugar que propicie
reuniones flamencas como las que a modo de ejemplos vemos en estos
cometarios.
Nombre
debido a los antiguos coros de las Cofradías del Santo Rosario, iniciados hacia
el final del siglo XVII y que tenían por costumbreir de puerta en puerta de los hermanos de las
distintas cofradías cantando para avisarles mediante unas campanillas del
Rosario de la Aurora, estas costumbres parece ser iniciada por religiosos como
fray Pablo de Cádiz o por Fray Pedro de Ulloa ycrearon una tradición que se extendió por muchísimos pueblos y ciudades.
"Despierta hermano, que ya
el alba
las campanas tocan con
dulce sonar,
por las calles el Santo
Rosario
con recogimiento vamos a rezar"
Estos
cantos marianos fueron impregnándose del sello popular, apareciendo con el
pasar de los tiempos numerosos coros de campanilleros que al son de los
variados instrumentos que hacían sonar al cual más rural como el cántaro
empleado al golpearlo con la alpargata, botellas de cristalo el ya mencionado como más característicos
de las campanillas, cantabanestos
cánticos religioso según su época puesto que llegandoDiciembre, solían recorrer las calles con los
temas navideños.
Y
de estos cantares populares un genial cantaor de Jerez, (Manuel Torre) un
determinado día en una reunión de amigos como El guitarrista Niño Ricardo, El
torero Cayetano El Niño de la Palma, Rebollo, El Gloria, se lanzó a cantar uno
de esos campanilleros con su inspiración personal y de momento dándole un matiz
y una jondura que ha hecho que este cante muestra del folclore popularse haya convertido en un cante con verdadera
personalidad flamenca.
"A la puerta de un rico avariento,
llegó Jesucristo y limosna
pió,
y en lugar de darle una
limosna,
los perros que había se los
achuchó.
Y Dios permitió
que al momento los perros
murieran
y el rico avariento probe se
queó."
Después
de Manuel Torre se han interpretado estos Campanilleros destacando por su
fidelidad según la línea del creador, Juan Varea,Pericón de Cádizy elAgujeta. Pero quién verdaderamente ha popularizado este cante hasta el
punto que se la conoce erróneamente como la creadoraes La Niña de la Puebla, con una entonación
algo más dulce y habiendo muchos cantaores que interpretaron más tarde los
Campanilleros al estilo de la Niña de la Puebla como es el caso de Canalejas de
Puerto Real.
Actualmente
es de destacar aunque con letras más moderas pero con los aires puros de Jerez
la grabación que sobre los Campanilleros ha realizado José Mercé.
Los flamencos viven los días de la Navidad de
forma especial y esta época de alegrías la pasan en familias, sin olvidar las
connotaciones religiosas, imprimen a los
cantos propios de la navidad unos aires personales, aflamencan sus música y acompasan las letras al niño Dios unas veces por tangos o tanguillos como
en Cádiz, otras como en el Sacromonte
granadino azambrando sus tonalidades,
cantan por rumbas o las más de las veces como en Jerez, lo hacen por
bulería.
Desde el siglo XVIII y como espontaneidad por característica se vienen celebrando reuniones de vecinos en los
patios, corrales o gañanías donde alrededor de una candela se cantan y bailan
villancicos, floreciendo así los
sentimiento más entrañables que en estas fechas se desarrollan, al compás de sus panderetas, zambombas y sin
que falte algún que otro trago de anís, vino dulce o los pestiños, se llaga hasta el amanecer de la Navidad tras
celebrar la Nochebuena más familiar que en cualquier lugar y época se pueda realizar.
A
partir de los años treinta del siglo XX empezamos a oír a través de los
primeros discos de pizarra y más tarde
de vinilo, estos villancicos en las voces de
cantaores como El Gloria, Caracol, La Paquera, La Niña de la Pueblo,
Canalejas de Puerto Real, Pericón, se recogen los más variaos estilos que
aunque registrados en estudios
discográfico, nos acercan esos ratos tan entrañables en los patios de vecinos o
corrales
El pueblo
andaluz encuentra la forma de manifestarse religiosamente con su particular
cantar durante la época navideña y perciben la manera de celebrar la religiosa
tradición del Nacimiento del Señor utilizando al igual que otros pueblos de
España los populares villancicos para honrar tan magno acontecimiento, con la
diferencia que los del sur cantan estos villancicos con su estilo particular
aunque manifestando sus cantares navideños en estilos variados. No se cantan
villancicos igual en Jerez, con sus bulerías como en Cádiz con sus tanguillos o
el estilo sevillano diferenciándose de la zona malagueña o de la choquera.
"Gloria al recién nacío,
¡gloria!
y a su bendita
Madre Victoria,
Gloria al recién nacío,
A
esa época de patios y corrales le siguen para así dar más sentido flamenco a
estas actividades andaluzas las reuniones en peñas flamencas y a partir de ahí
reuniones de amigos, de vecinos, aficionados profesionales y no profesionales que
entorno al rescoldo de esas candelas, comparten durante largas y festeras
noches ratos flamencos de gloria al Niño Dios con el compás de guitarras,
panderetas….
Son
las zambombas jerezanas, hoy realizadas por todos los rincones de nuestra
geografía flamenca o los coros de
campanilleros creados a partir de los grupos que por los pueblos andaluces iban
de rondas nocturnas para llamar al rezo del Santo Rosario.
Como consecuencia del contacto directo por el ferrocarril entre Lebrija y Utrera, las
reuniones entre familias de una y otra localidad han sido abundantes, es el
caso de la casta de los Pinini iniciada por Fernando Peña, por lo que
esta estirpe tan flamenca está dividida entre ambas localidades.
Pero Lebrija no
solo está unida en el flamenco a Utrera sino también con Jerez ha mantenido un
estrecho contacto, pues a estas localidades les unen características similares,
con unos aires en sus cantes particulares
y diferentes al de otras zonas flamencas lo que con toda seguridad tanto le han
beneficiado, pues sus formas tan
genuinas y familiar de vivir y de
interpretar el flamenco han sido
reconocidas por críticos y aficionados en general y qué decir de la gran
cantidad de artistas que por Lebrija han pasado para conocer de cerca y así beber de sus fuentes
los jondos influjos de la comarca.
Encontramos en Lebrija, ya comentado, familias como losPinini, losPeña
con figuras como La Perrata (nacida en Utrera)
o sus hijos Juan Peña el Lebrijano y el tocaor Pedro Peña, con el Lagañas, los Bacán con Pedro Bacán o Inés Bacán, Lebrijano
el viejo, Antonia Poza, El Chozas, la Rumbilla, de quién descienden los
Valencia, la Malena, Curro Malena, Manuel
de Paula, el Funi...
Necesariamente esta pléyade de nombres fruto de la historia
flamenca, de Lebrija, de sus reuniones, de sus fiestas privadas y familiares, han
logrado que esta localidad sea
reconocida internacionalmente.
Ya más jóvenes encontramos artistas que van sobresaliendo
como Anabel
y José Valencia, Dorantes, Pedro Peña o Antonio Malena que todavía
siguen aportando sus matices particulares pero que en todos se conservan los aires primitivos
heredado de sus ancestros.
En 1863 en la localidad de Lebrija
nació Pinini, un gitano de los más flamencos que dio esta bendita tierra,
cabeza de toda una estirpe flamenca, tal vez de las familias gitanas más
importante de la comarca, aunque Fernando Peña Soto (Pinini ) no fuera cantaor
profesional, pues su oficio fue el de matarife, ha pasado a la historia
flamenca como uno de los grandes y creador de un estilo muy peculiar en un cante
de los puertos como las Alegrías, destacando sobre manera su personalísima
cantiña, conocida por el mundo flamenco como Cantiña del Pinini, no en
vano estuvo una temporada trabajando en Cádiz, de ahí el gusto de estos cantes
que lo hicieran famoso pero que claramente son distintos a las cantiñas
gaditanas, cantes del que disfrutaban las más importantes figuras del entorno
quienes como otros muchos aficionados solían ir a su casa de Lebrija a oír
cantar a este agradable matarife, que entre algunas que otras copas (cosa que
nunca despreciaba) les interpretaba.
"La Fuente Vieja
s'alborotao
porque Pinini
s'ha emborrachao"
De sus nueve hijos,
destacamos nietos suyos que fueron
grandes figuras del flamenco como Fernanda
y Bernarda de Utrera, Bastián Bacán,
Pepa de Utrera o el tío Benito, biznietos
como
Inés o Pedro Bacán, familia de los Perrate (Perrate de Utrera, La Perrata, el
Lebrijano, Pedro Peña….)
Por esa misma época de Fernando
Pinini, llega desde Jerez “Juaniquí” quién a la postre va a
ser figura importantísima en la
configuración de los estilos lebrijanos. Juan Moreno Jiménez, "Juaniquí",
aunque jerezano, estuvo siempre muy vinculado con la ciudad de Lebrija
imprimiendo, a la soleá un aire muy personal con ecos de la Serneta o de Triana
pero sobre todo muy emparentada con el
puro estilo de Jerez. Cuatro fueron las creaciones de soleá a las que le imprimió ese sello con tercios
cortos y fuertes subidas tonales en los finales. Se dice de este cantaor nacido
el 18 de marzo de 1862 y compadre de Joaquín
el de la Paula, que a partir de él se puede habla de soleares de
Lebrija.
María Fernández
Granados, La
Perrata aunque nacida en Utrera en 1922, casi toda su trayectoria la
realiza en Lebrija junto a su marido el tratante de ganado Bernardo Peña, el
ser nieta de Perrate le hizo ser
poseedora junto a su hermano Perrate de Utrera de una gran
herencia flamenca, puro legado de
Lebrija y Utrera que la supo transmitir a sus hijos y nietos, sobrinos,
encontrándose nombres ante señalados como Los Bacán, los Peña…
María La Perrata a pesar
de dejarnos muy buenas grabaciones, no se dedicó profesionalmente al flamenco, nombres
como sus hijos El Lebrijano o Pedro Peña, sus sobrinos Fernanda y Bernarda, El
Turronero, Gaspar de Utrera o Pedro Bacán, pudieron sentir los cantes tradicionales que se oían en su
casa pues por allí desfilaron además de sus familiares más allegados, los más
grandes maestros de todos los rincones
del flamenco como el mismísimo Antonio Mairena.
En 1941 fruto de la unión de Pedro Peña
y María
Fernández, La Perrata, nace enLebrija Juan
Peña el Lebrijano. Aunque con inicios de guitarrista, de muy joven se da cuenta de sus virtudes
como cantaor y los aprendizajes de su madre los va asimilando poco a poco hasta convertirse en
una de las grandes figuras, tal vez la más importante que dio Lebrija.
El
reconocimiento del Lebrijano como cantaor, se inicia a partir del Concurso de
Mairena en 1964 donde obtuvo un gran su
triunfo por lo que desde entonces se dedica verdaderamente, cantando luego durante
varios años para Antonio Gades.
Pronto
lo consideraron como uno de los grandes de la época, destacando en él su afán
por estudiar, para más tarde interpretar
de forma admirable la gran variedad de
estilos con su flamenca y gitana
voz como personal característica. Además de vivir intensamente el cante en su
propia familia, lo que era fundamental, siempre ha sido considerado como
cantaor de la escuela mairenista, al menos en el inicio de su carrera.
Juan
Peña Fernández independientemente de su defensa de la pureza, amén de
su afán investigador de los estilos más jondo que desde sus reuniones
familiares hereda, ha destacado sin lugar a dudas por la búsqueda de otras
músicas, que algo haya tenido que ver con la historia del flamenco y ejemplo de
esa filosofía renovadora la encontramos
en los encuentros en la que explora junto a una orquesta marroquí las posibles
semejanzas u orígenes del flamenco con la música árabe.
Paralelamente
a la vida del Lebrijano, encontramos en esta flamenca ciudad artistas que como
él, nos ha hace disfrutar de su
arte flamenco heredado y aprendido desde
la cuna como son los casos de FranciscoCarrasco
Carrasco “Curro Malena”, se dice de Curro Malena“que
su arte nace para cantar y transmitir algo que sale de muy dentro de su alma.”
Más de una vez se ha comentadoque Curro
Malena es también un convencido de que sólo los pueblos perseguidos, los que
padecen hambre de justicia y libertad, son capaces de cantar con jondura, como
los buenos cantaores flamencos, porque "el dolor da grandeza".
Manuel
Valencia Carrasco “Manuel de Paula” también de familia gitana pues sus
raíces descienden de buenas fuentes del cante y por lo tanto heredero de ese
estilo tan familiar como todo el flamenco que caracteriza a Lebrija, realizó varios discos
a tener en cuenta a lo largo de su carrera como Manuel Justicia.
Inés
Bacán, tal vez la
última, hasta la fecha de la saga de los Pinini,
hija de Bastián y hermana por lo tanto del gran guitarrista Pedro
Bacán, cantaba en sus reuniones familiares y gracias al empeño de
Pedro, empezó a cantar en público, vencer su timidez y lanzarse a los grandes
tablaos y convertirse en una de las importantes de actual elenco artístico
lebrijano.