ENTREGA Nº 56 7
DE DICIEMBRE DE 2013
… Y Sevilla (5)
Lebrija
Como consecuencia del contacto directo por el ferrocarril entre Lebrija y Utrera, las
reuniones entre familias de una y otra localidad han sido abundantes, es el
caso de la casta de los Pinini iniciada por Fernando Peña, por lo que
esta estirpe tan flamenca está dividida entre ambas localidades.
Pero Lebrija no
solo está unida en el flamenco a Utrera sino también con Jerez ha mantenido un
estrecho contacto, pues a estas localidades les unen características similares,
con unos aires en sus cantes particulares
y diferentes al de otras zonas flamencas lo que con toda seguridad tanto le han
beneficiado, pues sus formas tan
genuinas y familiar de vivir y de
interpretar el flamenco han sido
reconocidas por críticos y aficionados en general y qué decir de la gran
cantidad de artistas que por Lebrija han pasado para conocer de cerca y así beber de sus fuentes
los jondos influjos de la comarca.
Encontramos en Lebrija, ya comentado, familias como los Pinini, los
Peña
con figuras como La Perrata (nacida en Utrera)
o sus hijos Juan Peña el Lebrijano y el tocaor Pedro Peña, con el Lagañas, los Bacán con Pedro Bacán o Inés Bacán, Lebrijano
el viejo, Antonia Poza, El Chozas, la Rumbilla, de quién descienden los
Valencia, la Malena, Curro Malena, Manuel
de Paula, el Funi...
Necesariamente esta pléyade de nombres fruto de la historia
flamenca, de Lebrija, de sus reuniones, de sus fiestas privadas y familiares, han
logrado que esta localidad sea
reconocida internacionalmente.
Ya más jóvenes encontramos artistas que van sobresaliendo
como Anabel
y José Valencia, Dorantes, Pedro Peña o Antonio Malena que todavía
siguen aportando sus matices particulares pero que en todos se conservan los aires primitivos
heredado de sus ancestros.
En 1863 en la localidad de Lebrija
nació Pinini, un gitano de los más flamencos que dio esta bendita tierra,
cabeza de toda una estirpe flamenca, tal vez de las familias gitanas más
importante de la comarca, aunque Fernando Peña Soto (Pinini ) no fuera cantaor
profesional, pues su oficio fue el de matarife, ha pasado a la historia
flamenca como uno de los grandes y creador de un estilo muy peculiar en un cante
de los puertos como las Alegrías, destacando sobre manera su personalísima
cantiña, conocida por el mundo flamenco como Cantiña del Pinini, no en
vano estuvo una temporada trabajando en Cádiz, de ahí el gusto de estos cantes
que lo hicieran famoso pero que claramente son distintos a las cantiñas
gaditanas, cantes del que disfrutaban las más importantes figuras del entorno
quienes como otros muchos aficionados solían ir a su casa de Lebrija a oír
cantar a este agradable matarife, que entre algunas que otras copas (cosa que
nunca despreciaba) les interpretaba.
"La Fuente Vieja
s'alborotao
porque Pinini
s'ha emborrachao"
De sus nueve hijos,
destacamos nietos suyos que fueron
grandes figuras del flamenco como Fernanda
y Bernarda de Utrera, Bastián Bacán,
Pepa de Utrera o el tío Benito, biznietos
como
Inés o Pedro Bacán, familia de los Perrate (Perrate de Utrera, La Perrata, el
Lebrijano, Pedro Peña….)
Por esa misma época de Fernando
Pinini, llega desde Jerez “Juaniquí” quién a la postre va a
ser figura importantísima en la
configuración de los estilos lebrijanos. Juan Moreno Jiménez, "Juaniquí",
aunque jerezano, estuvo siempre muy vinculado con la ciudad de Lebrija
imprimiendo, a la soleá un aire muy personal con ecos de la Serneta o de Triana
pero sobre todo muy emparentada con el
puro estilo de Jerez. Cuatro fueron las creaciones de soleá a las que le imprimió ese sello con tercios
cortos y fuertes subidas tonales en los finales. Se dice de este cantaor nacido
el 18 de marzo de 1862 y compadre de Joaquín
el de la Paula, que a partir de él se puede habla de soleares de
Lebrija.
María Fernández
Granados, La
Perrata aunque nacida en Utrera en 1922, casi toda su trayectoria la
realiza en Lebrija junto a su marido el tratante de ganado Bernardo Peña, el
ser nieta de Perrate le hizo ser
poseedora junto a su hermano Perrate de Utrera de una gran
herencia flamenca, puro legado de
Lebrija y Utrera que la supo transmitir a sus hijos y nietos, sobrinos,
encontrándose nombres ante señalados como Los Bacán, los Peña…
María La Perrata a pesar
de dejarnos muy buenas grabaciones, no se dedicó profesionalmente al flamenco, nombres
como sus hijos El Lebrijano o Pedro Peña, sus sobrinos Fernanda y Bernarda, El
Turronero, Gaspar de Utrera o Pedro Bacán, pudieron sentir los cantes tradicionales que se oían en su
casa pues por allí desfilaron además de sus familiares más allegados, los más
grandes maestros de todos los rincones
del flamenco como el mismísimo Antonio Mairena.
En 1941 fruto de la unión de Pedro Peña
y María
Fernández, La Perrata, nace en Lebrija Juan
Peña el Lebrijano. Aunque con inicios de guitarrista, de muy joven se da cuenta de sus virtudes
como cantaor y los aprendizajes de su madre los va asimilando poco a poco hasta convertirse en
una de las grandes figuras, tal vez la más importante que dio Lebrija.
El
reconocimiento del Lebrijano como cantaor, se inicia a partir del Concurso de
Mairena en 1964 donde obtuvo un gran su
triunfo por lo que desde entonces se dedica verdaderamente, cantando luego durante
varios años para Antonio Gades.
Pronto
lo consideraron como uno de los grandes de la época, destacando en él su afán
por estudiar, para más tarde interpretar
de forma admirable la gran variedad de
estilos con su flamenca y gitana
voz como personal característica. Además de vivir intensamente el cante en su
propia familia, lo que era fundamental, siempre ha sido considerado como
cantaor de la escuela mairenista, al menos en el inicio de su carrera.
Juan
Peña Fernández independientemente de su defensa de la pureza, amén de
su afán investigador de los estilos más jondo que desde sus reuniones
familiares hereda, ha destacado sin lugar a dudas por la búsqueda de otras
músicas, que algo haya tenido que ver con la historia del flamenco y ejemplo de
esa filosofía renovadora la encontramos
en los encuentros en la que explora junto a una orquesta marroquí las posibles
semejanzas u orígenes del flamenco con la música árabe.
Paralelamente
a la vida del Lebrijano, encontramos en esta flamenca ciudad artistas que como
él, nos ha hace disfrutar de su
arte flamenco heredado y aprendido desde
la cuna como son los casos de Francisco
Carrasco
Carrasco “Curro Malena”, se dice de Curro Malena “que
su arte nace para cantar y transmitir algo que sale de muy dentro de su alma.”
Más de una vez se ha comentado que Curro
Malena es también un convencido de que sólo los pueblos perseguidos, los que
padecen hambre de justicia y libertad, son capaces de cantar con jondura, como
los buenos cantaores flamencos, porque "el dolor da grandeza".
Manuel
Valencia Carrasco “Manuel de Paula” también de familia gitana pues sus
raíces descienden de buenas fuentes del cante y por lo tanto heredero de ese
estilo tan familiar como todo el flamenco que caracteriza a Lebrija, realizó varios discos
a tener en cuenta a lo largo de su carrera como Manuel Justicia.
Inés
Bacán, tal vez la
última, hasta la fecha de la saga de los Pinini,
hija de Bastián y hermana por lo tanto del gran guitarrista Pedro
Bacán, cantaba en sus reuniones familiares y gracias al empeño de
Pedro, empezó a cantar en público, vencer su timidez y lanzarse a los grandes
tablaos y convertirse en una de las importantes de actual elenco artístico
lebrijano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario