Aunque este estilo de cante y baile, no pudiera
considerarse flamenco como tal, sí lo introducimos por aquello de su ritmo, de
su lugar donde se populariza y por los cercanos compases que con algún momento
flamenco se encontrara.
Con este nombre
aludimos al estilo de cante y baile coincidente por sus movimientos o ritmos al
que realiza el que sufre la conocida enfermedad del mal San Vito ya que se cuenta que al que padece este mal
suele mostrar trances de mucho movimiento,
de no poder estar quieto y de ahí el dicho “parece que tienes el mal de
Sal Vito”.
Sus letras, como
consecuencia de lo armónico de su compás al 3por 8 son jocosas aunque en alguna
ocasión aparecen coplas con cierta seriedad pero en general predominan las
letras graciosas.
Con el vito vito
viene
con el vito vito va.
Con el vito vito viene
con el vito vito va.
No me mires a la cara
que me pongo colorá.
Unacordobesafue
aSevillaa ver los toros
y a la mitad del camino
la cautivaron los moros.
Esta popular canción es
tal vez la más conocida y utilizada tras la adaptación que a mediado del siglo
XX realizara Fernando J. Obradors, ya que es en esta época cuando El Vito
considera un baile de la por la comarca cordobesa pues no en vano es Córdoba la
ciudad donde este bailable estilo se hace más popular.
El estudioso Manuel
Medina nos habla de la popularidad de este baile gracias al auge que toma las
alumnas de la Academia de Manuela Cazalla
Con el nombre de Vidalita nombramos a un palo del cante flamenco, que se
encuadran en el llamado cantes de ida y vuelta ( al maestro Juanito Valderrama
le gustaba llamarlo Cantes de vueltas), hermanos por lo tanto de La Guajira, La
Milonga…, emparentados por tanto con el folclore sudamericano.
El origen y procedencia de la música
hispanoamericana la encontramos en una canción popular típica zona argentina del Río der La
Plata y del sur de la cordillera andina.
A modo
de estribillo se emplea la palabra de Vidalita mientras se desarrolla la
canción netamente melancólica.
El pensante meamoraste en
lo mejor de mi vida, dejándome
el alma herida y
espinas en el corazón; sabiendo
que te quería quevoseras mi alegría y
mi sueño abrasador; para
mí ya no hay consuelo, y
por eso me encordelo, paolvidarme de tu amor.
Quizá por su parecido con
la milonga ha sido confundida a menudo con
este palo hermano pero el cante de la Vidalita tiene su personalidad aunque ha
sido poco grabada por los grandes artistas, encontramos grabaciones de Manuel
Vallejo con la letra que anteriormente
se indica.
Según el estudioso
José Blás Vega, fue Manuel Escacena el intérprete que popularizó al igual que los otros estilos de ida y
vuelta el cante de la Vidalita, su copla está
formada por estrofas de cuatro versos octosílabos con temas normalmente
de desamor, desengaño y triste al igual que el ritmo lento de su música.
Una amplia gama de formas y estilos se encuentra
bajo el sobrenombre de los fandangos de Málaga, unos con nombres locales como la Rondeña, otros
los Verdiales, denominados por muchos como cantes malagueños vernáculos y las
primitivas Malagueñas junto a las variantes que de ésta se hacen fuera de las
fronteras de Málaga originándose una rica y amplia variedad de Malagueñas
personales.
Se incluyen en este apartado por derivar de ese primitivo Fandango local
de Granada la Granaína y la Media Granaína sin que esto suponga que deriven de
algún tipo de fandango malagueño. El criterio sólo es de zona geográfica.
De Los Verdiales afirman los estudiosos que son
quizá anteriores al nacimiento del cante flamenco y que nacido en la zona
olivarera de su nombre, procede o es probablemente de origen arabigoandaluz y
aunque participe por asimilación y afinidad en el amplio contenido del
flamenco, no lo hace con todas sus
características, pues Los Verdiales se cantan para el baile y al compás con
instrumento o conjuntos instrumentales llamados "panda" al son de violines,
platillos, panderetas, castañuelas...etc., salvo casos excepcionales en el que
han sido cantado al compás sólo de la guitarra por cantaores siguiendo la
adaptación que divulgó Juan Breva.
“Salga el sol y alumbre
el campo y sus verdiales,
que el amor que yo te tengo
de las entrañas me sale."
Las letras de Los Verdiales son sencillas, alegres
con un ritmo trepidante que en su monotonía denota un claro primitivismo.
Al igual que otros flamencólogos José Luque Navajas
coincide en señalar la escasa evolución de Los Verdiales dentro del cante
flamenco, manifestándose su tonalidad flamenca por la aportación de ciertos
cantaores que se acostumbraron a rematar algunas Malagueñas con una determinada
letra de Verdial.
En el grupo conocido también como cantes de fragua
se incluyen: Toná, Debla, Martinete, Carcelera,
denominándose también a estos cantes como cantes del grupo de las tonás, ya que
en un principio se llamaban "toná" (tonadas) a todos los cantares
propios de las diferentes labores. En la actualidad y dentro del mundo del
flamenco, la denominación de Toná sólo alcanza a los cantes procedentes de las
tonadas de los herreros, conociéndose como formas de tonás a los palos antes
mencionados.
Referente a la Toná propiamente dicha, hay
tradiciones que dicen que existían 33 formas diferentes de ella, aunque otras
teorías afirman que sólo existieron treinta y una, contándonos el padre de los
Machado (D. Antonio Machado Álvarez) que sólo existían veintiséis. Lo
verdaderamente cierto es que nadie puede afirmar que todas estas Tonás fuesen
flamencas y mucho menos fragüeras.
Hoy en día sólo se conocen tres o cuatro
perfectamente diferenciables, aunque cada cantaor por sus peculiaridades
especiales aporte algo por su cuenta.
La Toná es un cante que necesita para cantarse
grandes facultades sobre todo en las modulaciones de la voz, no obstante se
trata del cante más sobrio y primario de todos los estilos del flamenco.
La temática en general de las Tonás suele ser de
toda clase de sentimientos y pasiones, cargadas a veces de pesimismo, sin olvidar lo anteriormente expresado de la
carcelera.
"A nadie debo favores;
yo nasí porque Dios quiso,
a mí me parió mi mare
porque le fue muy presiso."
La
forma estrófica de la Toná es idéntica a todos los cantes de Fragua (Debla,
Martinete o Carcelera) o sea, cuatro versos con rima asonante en los pares.
"Desvarío del sentío
como esvarían los locos,
si aún no he tirado piedras
me ha faltaíto muy poco."
Una tradición normalmente admitida defiende que el
primer cantaor conocido de tonás fue tío Luis el de la Juliana, quien creó,
según cuentan flamencólogos de la talla de los anteriormente citados, varias
clases de tonás, pudiendo ser la más característica la llamada toná "de
los pajaritos" junto a la primitiva toná-liviana, la toná grande o la toná
del Cristo.
Independientemente de las opiniones de Demófilo
(Antonio Machado Álvarez) de que fueron veintiséis o de otros flamencólogos que
nos dicen treinta y tres o treinta y una, Ramón Gómez de la Serna en 1.922
afirmó también que fueron veintiséis, y
entre ellas destacó cinco que, según el estudio realizado, no coinciden al
menos con los mismos nombres, con respecto al trabajo del padre de los Machado
y son la toná del tío Perico Mariano, la de la Túnica, la del Brujo, la de la
Grajita y la Blas Barea, a las que se le puede añadir la de Perico el Pelao y
Perico Frascola y la del Tío Rivas, localizándose, pues, 34 y que son las
siguientes:
1ª.- Toná-liviana de Tío Luis el de la
Juliana
2ª.- Toná grande de Tío Luis el de la
Juliana
3ª.- Toná del Cristo de Tío Luis el de la
Juliana
4ª.- Toná de los Pajaritos de Tío Luis el
de la Juliana
5ª.- Toná de Tío Luis el Cautivo
6ª.- Toná del Tío Rivas
7ª.- Toná del Cuadrillero
8ª.- Toná-liviana de Curro Pabla
9ª.- Toná-liviana de Juan El Cagón
10ª.- Toná-liviana de tía Salvaora
11ª.- Toná del Cerrojo de Diego el Picaor
12ª.- Toná de la Junquera
13ª.-
Toná del Proita
14ª.- Toná del tío Mateo
15ª.- Toná coquinera de tío Manuel
Furgante
16ª y 17ª.- Toná de Moya (que son dos)
18ª.- Toná del tío Manuel
19ª.- Toná de Maguriño
20ª.- Toná de Alonso Pantoja
21ª.- Toná de Juanelo
22ª.- Toná de Manuel Molina
23ª.- Toná de Perico Mariano
24ª.- Toná de Perico Frascola
25ª.- Toná de la Túnica
26ª.- Toná del Brujo
27ª.- Toná de la Grajita
28ª.- Toná de Perico el Pelao
29ª hasta la
33ª.- las llamadas por Juanelo de Jerez en 1.881 como Tonás tristes
34ª.- Toná de Blas Barea
Además de los cantaores creadores o recreadores
enumerados con su respectivo estilo de toná, la historia del flamenco está
llena de buenos y grandes cantaores que dominaron estos palos fragüeros como
fueron : los Pelaos, los Caganchos y los Puyas, Tomás Pavón, Antonio Chacón,
Manuel Torre, Vallejo, Niña los Peines, Antonio Mairena, Pepe el Culata, Pepe
el de la Matrona, Cojito Pavón, El Borrico de Jerez, destacando todavía
cantaores que permanecen en el anonimato como José de los Reyes, el Negro del
Puerto de Santa María o tío Juane de Jerez.
Otros cantaores actuales que cultivan algún estilo
de toná son Agujeta de Jerez, Ramón Medrano de Sanlúcar, Gabriel Moreno y el
granaíno Enrique Morente.