Pasados los días navideños y una vez comentados
algunos de los compases que los flamencos usan para cantar al nacimiento de undibé, es intención del que
suscribe continuar con las entregas semanales que a partir de hoy inicio los
jueves y dedicada desde estos primeros de enero de este nuevo año (2015) a comentar, recordar, nuestros diferentes
estilos de cantes, intentar desarrollar los más de sesenta diferentes palos
flamencos, en definitiva el flamenco palo a palo, sus formas y maneras, el
origen de cada cantes y algunos de sus artistas que más renombre ha dado a cada
cante. Iniciando hoy jueves ocho de enero con ese enigmático cante derivado de
un primitivo romance como es la Alboreá.
LOS PALOS DEL CANTE
ALBOREÁ
En un verde prado
tendí mi pañuelo;
nacieron tres rosas
como tres luceros.
Es el cante conocido como el de las bodas de los gitanos, aunque
originario de un antiguo romance, su música cabe colocarla como de cierto aire
festero estando a caballo entre el antiguo "jaleo" y la actual soleá
bailable.
Su temática como queda dicho hace alusión a las bodas gitanas,
ensalzándose la virginidad de la novia, ritual que de siempre se ha mantenido
en secreto por considerarlo tradición única del pueblo gitano pero que estudios
que se han realizado como por ejemplo las pocas letras que existen y todas
payas han demostrado que este ceremonial es de viejo una costumbre netamente
hispana.
Este
pañuelito blanco
que amanece sin señal,
antes que alboree el día
con flores se ha de coronar.
Las coplas de la Alboreá aunque con métrica variable suelen contener
cuatro versos heptasílabos que se rematan con un estribillo, cuentan que debido
a su temática y por lo tanto a sus propias supersticiones se canta pocas y muy
raras veces fuera de esta intimidad, de su ámbito normal como son las bodas
gitanas.
Con mucha frecuencia, la letra hace
referencia a la ceremonia en la que se prueba la virginidad de la novia
mediante un pañuelo.
Dos versiones o modalidades encontramos de este cante llamado alboreá,
albolá, alboleá, alborá o arbolá: la de Andalucía Oriental concretamente entre
los gitanos de Jaén, Andújar y Granada que le imprimen más bien un ritmo
cercano al tango...,
Con mucha frecuencia, la letra hace referencia a la
ceremonia en la que se prueba la virginidad de la novia mediante un pañuelo.
"Jesucristo te llama
desde su huerto,
coronaíto de espina
y el pelo suelto.
-Subir la novia p'arriba
¡Que se despida de su
familia!-"
(Alboreá de Jaén)
“Hermanita de mi alma,
que ya no me conocerá,
apura más una pena
que un año de enfermeá.
¡Olé salero lo que ha llovío
las calabazas se han florecío!
-¡Olé salero, olé salero.
que bien le pega a la novia el
velo!-"
(alboreá de Granada -azambrada-)
La otra versión de este cante, cuya métrica como puede comprobarse es
irregular aunque predomine el verso de siete sílabas es la de Andalucía
Occidental o la Baja Andalucía que le imprime un compás más cercano a ese
primitivo "jaleo".
¡Qué viva el padre de la novia!
que bien a queao
por eso a su hija la han coronao.
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