ENTREGA Nº 19 21 DE MARZO DE 2013
LA
SAETA
La Saeta es la genuina voz de nuestra Semana Santa o bien
como nos dice Alfredo Arrebola:”la saeta es el corazón del pueblo andaluz, aguijoneado por el dolor divino, del que
brotan lágrimas que transformadas en dardos fulgurantes, se hacen coplas.”
En nuestro rincón, en el solar andaluz, en la Baja Andalucía. Porque la
saeta flamenca, porque nuestra saeta, nació aquí. Donde se fraguaron los jondos
cantes que representa nuestra cultura, los profundos ecos flamencos que tanto
nos hacen sentir. Porque también es cuna
de esta forma de sentir, de esta manera de rezar a undibé.
Ahí están las afirmaciones por citar
un ejemplo de Gabriel del Estal. Sobre los comentarios que en su día dijera
Antonio Mairena. “En principio
del siglo (se refiere al pasado siglo XX)
llegó a Sevilla una sencilla forma jerezana que se empezó a llamar Saeta por
Siguiriyas, con tanta o más dificultad y duende que el mejor cante por
Siguiriyas y, por los años treinta, el cante por saetas había llegado a ser de
máxima altura de gran desarrollo.
"Como
no tenían naita que hacerle
le escupen y le abofetean
y le coronan de espinas
y la sangre le chorrea
por su carita
divina"
Es evidente que las saetas flamencas (pues varios son sus estilos) nos
llega tal vez bastante después de esas
apariciones allá por los siglos XVI y
XVII cuando los Hermanos Reverendos Padres del Convento de Nuestro Padre San
Francisco, hacían por las calles sus
estaciones del Vía Crucis cantando Saetas,
mientras perdonaban los pecados a todos los que quisieran.
De estas saetas, lejos de las actuales, no se conservan algún
documento sonoro para poder explicar su musicalidad. Con el paso del tiempo y
poco a poco a los andaluces nos van llegando esos sentidos versos a modo de
flechazos y así arriban al corazón de
los flamencos quienes hacen que se vaya fraguando con el transcurso de décadas
y décadas y con las aportaciones de las diferentes
maneras, las distintas formas que en nuestro pueblo entendemos los rezos…
porque el pueblo flamenco lo entienden
así con sus cantes.
y le coronan de espinas
por su carita divina"
El cantar del Pueblo andaluz
Que
todas las primaveras
Anda pidiendo
escaleras
Para
subir a la cruz.
Destacan
también en esta etapa de esplendor La Serrana , Medina el Viejo, Pastora Pavón- La Niña de los Peines-, Manuel
Vallejo y ¡cómo no! El Niño Gloria de cuya personalidad y forma de hacer los
cantes han bebido muchos artistas de su época o de años posteriores, y claro no
podía ser menos con la saeta a la que le imprimió eso sello suyo especial, esa
estructura perfectamente flamenca y jerezana.
Esta Sagita (dardo, flecha) es como un mensaje,
una petición, una esperanza, una manifestación de arrepentimiento, de perdón,
un rezo, una invocación en voz alta dirigida a la Virgen o al Cristo.
En palabra de
unos de nuestros mejores poetas como fue Federico García Lorca
“... las Saetas son como
flechas que atraviesan el corazón....”
Jesús
que vas “ataíto”
con
cordeles y desnudos,
dame
un granito de fe,
para
comprender el mundo.
A lo
largo de su historia, varios trabajos de investigación nos aseveran que la Saeta ya la cantaban los
cristianos recién conversos para aumentar la poca fe que la Iglesia puso en su
cristiandad.
Otros
estudios nos explican que el origen de este cante-oración hay que buscarlo en
los ALMUÉDANOS
de las mezquitas de Córdoba,
Granada y Málaga.
Por
otra parte el flamencólogo José Carlos de Luna las derivas de los recitados y
salmodias de los antiguos duelos, mientras que Fray Diego de Valencina nos
indica que la Saeta
fue creación de los frailes capuchinos de Andalucía quienes en un principio las
utilizan en sus penitencias procesionales como remedio pues veían como se iba
perdiendo su poder con la predicación y con estas Saetas Penetrantes hacían
conmover los corazones más duros.
Jesús
de la buena muerte
perdona
nuestros pecados.
Si
volviéramos a verte
serías
crucificado,
¡por
los que dicen quererte!
ESTROFA
Y MUSICA EN LA SAETA
Una
estrofa de cuatro o cinco versos con rima romanceada es la forma métrica que
normalmente se emplea para la
Saeta.
Su
Música no puede ser más conmovedora, su entonación grave, pausada, a
veces lúgubre y casi monótona dejando como en suspenso la cadencia final y
viendo en sus tonalidades reminiscencias de los cantes sinagogales de los
judíos o como se indicara anteriormente de los almuédanos quienes desde
su alminar llamaba a la oración a los fieles con cantos evocadores.
Son
pues desde esos primeros tiempos de la Andalucía musulmana a través de vivencias
religiosa como entendemos a la
Saeta y claro ha quedado por los muchos estudios realizados,
que el pueblo andaluz por encima de todo,
es un pueblo eminentemente religioso.
A los andaluces nos llegan los “sentíos”
versos a modo de flechazos a través de los tiempos y así arriban también, al corazón de los flamencos pues el cante
flamenco como fenómeno abierto a todas las vivencias, no podía estar al margen
de estas peticiones o quejas.
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