sábado, 25 de mayo de 2013

ENTREGA Nº 28       25 DE MAYO DE 2013


            Flamenco en Málaga (3)

La Malagueña
         Se considera por los expertos que tomando como base los verdiales, el cantaor  Antonio Ortega Escalona conocido como "Juan Breva" creó su famosa malagueña, una de las primeras conocidas en las historia del Cante.
Hacia la mitad del siglo XIX y como desprendida del antiguo fandango, tal vez gracias a algún cantaor anónimo y local del pueblo malagueño de  Álora, empiezan unas incipientes formas melódicas para llegar más tarde a tomar esas características que le hacen adaptarse a la personalidad de cualquier cantaor,  sin perder su entidad flamenca o sin perder como dice el poeta José Carlos de Luna, ”sus arrestos de caña, matices de soleares o sentimientos de siguiriya",  conservando "su entrega tierna o el rompe y rasga de su cante" que diría Andrade de Silva o "ese cante de gente con el corazón en la cabeza "según el poeta granadino de la generación del 27 Federico García Lorca. Es La Malagueña.        

                                       "En la Cala hay una fiesta,
                                         mi madre me va a llevar,
                                         como voy tan compuesta
                                         me sacarán a bailar,
                                         llevo yo mis castañuelas."

             


Debido a esa cualidad de adaptarse a la personalidad del cantaor surge una gran variedad de malagueñas personales sobre todo en la época de los cafés cantante, cuando los cantaores compiten por el estilo de cada uno de ellos, desde el de Juan Breva, primer cantaor famoso de la comarca, hasta los creadores fuera de la zona de Málaga como Enrique el Mellizo, Chacón, pasando por los de parece ser el pueblo natal de la malagueña: Álora, ya que como dice Gonzalo Rojo "si Velez- Málaga se puede considerar foco de la bandolá, Álora que ha tenido una importancia capital en la gestación de la malagueña, hay que estimarla cuna de la malagueña."

Por lo tanto, al hablar de estilos de malagueñas según sus creadores podemos establecer dos importantes grupos, cuales son los creadores de la localidad de Álora y sus alrededores y los creadores de otras zonas fuera de las fronteras de la provincia malagueña.



Entre los primeros, cantaores de la tierra, después de Antonio Ortega Escalona "Juan Breva" de quien se dijo que por él la malagueña empezó a tener carta de naturaleza en el tablao flamenco, cabe destacar inicialmente el estilo de malagueña de el Canario (Juan Reyes Osuna) con una malagueña en un principio llena de pureza pero que más tarde adaptara a ella rasgos pujantes y alegres con alguna influencia almeriense y con las características de su timbrada y deliciosa voz, llena de belleza melódica.

                                            "Por las trenzas de tu pelo
                                             un canario se subía
                                             y se paró en tu frente
                                             y en tu boquita bebía
                                            creyendo que era una fuente."
                                                     (Malagueña de El Canario) 

   Juan Trujillo, llamado Juan el Perote, nacido en la localidad de Álora (al igual que El Canario) imprime en su estilo de malagueña unos aires camperos, no exentos de la influencia de su paisano. El Perote cantaor perfectamente adaptado al baile le da a este estilo de malagueña un nombre peculiar cual es la malagueña  "Perota".

Otros estilos de malagueñas menos en uso los encontramos en Tabaco (algunos dicen que es la misma que la de Álora), la del Cachorro, la de la Chirrina y la del Caribe,  la del maestro Ojana (inspiradora de otras malagueñas), la del Apargatero de Málaga, la del Niño de Vélez, la de Pitana  (influenciada por el estilo de la Chirrina).

Junto a estos estilos también encontramos otras malagueñas más interpretadas como son las de Baldomero Pacheco, Diego el Perote (igual que Juan El Perote natural de Álora) y la de Sebastián el Pena.

                                        "Dile a esa mujer que ría
                                         que yo sigo con mi pena,
                                         yo a esa mujer no la olvío
                                         porque pa mí fue muy buena
                                         el tiempo que ha estao conmigo"
                                         (Malagueña "perota")
                                        "A las paredes me arrimo
                                         porque andando me desmayo,
                                         yo me encuentro desvalío
                                         por causa de un mal vasallo
                                         y tú la culpa has tenío"

Pero de todos estos estilos de cantaores de esta zona, tal vez el estilo más sobresaliente es el interpretado por "La Trini". Trinidad Navarro Carrillo ha sido sin lugar a duda la cantaora que con mayor sentimiento ha realizado estos cantes, creando a lo largo de su padecida y luchadora vida varios tipos de malagueñas con los detalles de su personalidad, popularizándola y recreándola algunas de ellas más tarde Don Antonio Chacón.

Por su manera de interpretar las malagueñas, con sus portentosas facultades y la penetrante expresión de sus sentimientos, fue llamada el Chacón hembra del estilo malagueño.

                                        "Siquiera por compasión
                                         escríbeme alguna vez,
                                         que yo tengo el corazón
                                         marchito de padecer
                                         que ya no siente ni el dolor.
                                                 (Malagueña de "La Trini”)














viernes, 17 de mayo de 2013


ENTREGA Nº 27       18 DE MAYO DE 2013


                                     Flamenco en Málaga (2)
        
         La jabera
         Es otra modalidad de fandango abandolao malagueño al que José Blas Vega le atribuye "rasgos especiales, como sus cadencias, sus tonalidades y sus tercios ligados.” Tradicionalmente se ha dicho que tomó el nombre de dos hermanas del barrio de la Trinidad de Málaga quienes, a comienzos del siglo XIX tenían un puesto de habas y solían pregonar su mercancía cantando por este estilo; de ahí la transformación del término "habera" a su expresión andaluza "jabera".
         Hipólito Rossy, por el contrario, considera más lógica la explicación que da un prestigioso jurista y aficionado malagueño (Miguel Fenech), quien afirma que "jabera" viene de "jabega", que es como se llama en Málaga una barca de pesca a remo que tripulan quince o veinte hombres.

Al igual que su hermana la rondeña aunque en este caso a pesar de ese mismo compás, se observa en la jabera ecos  de siguiriya y como dice Alfredo Arrebola los matices de la jaberas a diferencia de la dulzura de la malagueña son graves, ásperos y duros, llevando todos sus tercios con soltura al cantaor, no obstante sus aires como puntualiza otro estudioso cual es Andrés Salom están más cerca de la malagueña  que del fandango, viéndose a través de la jabera parte del proceso por el que el fandango se hace malagueña.   
     
                                       " Si quieres que vaya a verte
                                         échale al perro caena
                                         que anteanoche me mordió
                                         por ver tu cara morena ".

                                      
Estos cantes abandolaos generalmente se cultivan poco por lo que se hace aún más difícil su estudio, estando el Chato de Jerez y el Niño de Málaga entre sus más destacados propagadores.

                                           "Barrio de la Triniá
                                             cuantos paseos me debes,
                                             cuantas veces me ha tapao
                                             la sombra de tus paredes.
                                             Dos hermanas, dos mozuelas
                                             del Barrio la Triniá
                                             pregonaban por Jaberas
                                             y desde entonces pa acá
                                             las canta Málaga entera".

         Además de estos cantes ya comentados existe aunque menos conocido una variante de los fandangos abandolaos: El Jabegote, llamado Cante de los Marengos, cuyo nombre proviene de la jábega (tipo de embarcación que suelen emplear los marineros malagueños).
         Son cantes como sus hermanos (rondeñas y jaberas)  que también se sirven del común instrumento, la bandolá con los que  los pescadores o marengos,  se hacen compás mientras realizan cantos de trabajo como el repaso de las redes o el embadurnado de pez.
         El Jabegote a diferencia de la rondeña y la jabera, tiene un tercer verso, llamado verso valiente que se canta en un tono alto y muy agudo.
         El Niño de las Moras, cantaor que a su vez trabajó  de Jabegote en el Palo y Juan Breva han sido considerados como los más grandes intérpretes de este fandango.                      












sábado, 11 de mayo de 2013




                            ENTREGA Nº 26       11 DE MAYO DE 2013


                                      Geografía flamenca  flamenco en Málaga (1)
Los cantes de Málaga nacen del tronco común del fandango malagueño, considerándose por tanto sus diversos estilos como  variedades del fandango de esta tierra,  unos  con nombres locales como la rondeña, otros los verdiales, denominados por muchos como cantes malagueños vernáculos y las primitivas malagueñas junto a las variantes que de ésta se hacen fuera de las fronteras de Málaga originándose una rica y amplia variedad de malagueñas personales.

Verdiales
De los verdiales afirman los estudiosos que son quizá anteriores al nacimiento del cante flamenco y que nacido en la zona olivarera de su nombre, procede o es probablemente de origen arabigoandaluz y aunque participe por asimilación y afinidad en el amplio contenido del flamenco,  no lo hace con todas sus características, pues los verdiales se cantan para el baile y al compás de instrumentos o conjuntos instrumentales llamados "pandas"; al son de violines, platillos, panderetas, castañuelas…, conservándose aún su genuino carácter folklórico de que lo revisten los mencionados conjuntos instrumentales que le sirven de acompañamiento.
Según nos dice Hipólito Rossy  en su Teoría del Cante Jondo, los verdiales es la más primitiva forma del fandango andaluz  y el mismo autor cita como variante de los verdiales a los Lagares, cantes que aluden a la vendimia y al mosto y que es difícil distinguir del verdial, salvo por el contenido de las coplas.



LOS FANDANGOS ABANDOLAOS

Rondeña

De la más conocida de sus letras se inicia el posible argumento para  esclarecer la problemática de su origen ya que unos le dan descendencia a la localidad serrana de Ronda (fandango local de Ronda), mientras que otros ven en este cante como el preferido por los mozos andaluces para ir de ronda durante la madrugada en sus visitas a las rejas de las mozas casaderas:

                                             "Después de haberme pasado
                                               to una noche de Jarana,
                                               me vengo a purificar
                                               debajo de tu ventana
                                               como si fuese un altar”.

            Estebánez Calderón en sus ESCENAS ANDALUZAS nos dice textualmente:
                                  ".... Las guitarras sonaban y las coplas iban y venían y las vueltas de rondeñas y malagueñas se sucedían con rapidez increíble..."

Hay quien quiere hacer ver la posibilidad del parecido de la rondeña con el polo. Sobre la rondeña encontramos varios escritos que datan de los siglos XVIII y XIX generalmente referidos a un baile del que más tarde naciera el cante para amenizarlo, cante que en sus letras casi siempre nos recuerda temas de amores y galanías con alguna que otra alusión a los motivos camperos.
Sea como fuere, en lo que se está de acuerdo es que se trata de uno de los fandangos malagueños más antiguos. Otro gran autor como fue Gonzalo Rojo considera  este  cante como un tipo de bandolá, descendiente de los verdiales, y dentro de las bandolás "una de las más floridas, aunque algo más lenta".
Por estas razones entre otras, la provincia de Málaga es la más opulenta en los estilos abandolaos, llegándose incluso a decir por parte del estudioso de los cantes de Málaga José Luque que la bandolá es el tronco del árbol genealógico de los cantes vernáculos malagueños.
Su nombre parece ser que viene del instrumento de cuerda llamado bandola y su origen quizá del verdial pero sin servirle al baile  dando además de la mencionada rondeña una rica variedad de tipos como son, La Jabera y El Jabegote o El Cante de los Marengos.
Pocos son los artistas que nos recuerdan con sus grabaciones éste tal vez fandango local  más antiguo de entre los malagueños, destacando no obstante a Fosforito, José Meneses  Manuel Gerena y a Jacinto de Almadén.

                            

viernes, 3 de mayo de 2013


  ENTREGA Nº 25       4  DE MAYO DE 2013

Geografía flamenca  flamenco en Córdoba

         Entre las provincias andaluzas Córdoba siempre se ha distinguido por su flamenquismo y por tener una afición serena y entendida. Incluso se ha dicho por un ilustre flamencólogo cordobés que la afición de Córdoba viene influida por cierta inclinación muy al estilo  del carácter sentencioso que a estos andaluces caracteriza.



            Cuando se habla de los cantes de Córdoba se los presenta como formas derivadas o diferenciadas de cantes matrices, y así se citan las soleares cordobesas, alegrías cordobesas… Esta idea ha sido rebatida por algunos expertos, reconociendo a estos cantes cordobeses su carácter propio y su clara diferenciación de lo que se ha llamado cantes matrices.
            Ángel Álvarez Caballero considera que no hay una soleá autóctona cordobesa, sino que el cantaor cordobés Onofre adaptó la versión de la soleá de "un mediocre cantaor trianero llamado Ramón el Ollero que Córdoba modeló y adaptó a su peculiar manera de sentir y expresar el cante".
            Por contra, Francisco González ("Rito y geografía del Cante"),  nos dice que la soleá "tan distinta según la localidad geográfica, es secularmente cordobesa".

            Lo importante, creemos, no es cuando la soleá se hizo cordobesa, sino que, de acuerdo con el carácter cordobés, se la reconoce unánimemente como sentenciosa, filosófica, con cadencias y silencios en su estructura musical que la hacen atrayente y evocadora. Y ahí queda este ejemplo:
                                               No preguntes por saber
                                               que el tiempo te lo dirá.
                                               Que no hay cosa más bonita,
                                               que saber sin preguntar


            Las alegrías cordobesas son objeto de una discusión, en cuanto a su origen, similar al de las soleares, pues hay opiniones que afirman que no son propiamente cordobesas, sino que derivan de las cantiñas gaditanas y que, asimismo, fueron aclimatadas a Córdoba por Onofre.

            Ricardo Molina opinaba, parece ser  que con poca convicción, que son creación personal del citado Onofre y remata su juicio expresando en su momento, que las alegrías de Córdoba es un cantee de apenas sesenta años de historia.

            El primer gran cantaor que se conoce en Córdoba, fundador de una estirpe de artistas, fue Manuel Moreno Madrid, conocido también con el sobrenombre de "Juanero el Feo", que enraizó cantes a la forma expresiva cordobesa tales como las soleares y las alegrías, estilos a los que dio carácter cordobés. Hijo de "Juanero el Feo" fue Ricardo Moreno Mondéjar, que al igual que su padre, fue picador, vivió el mundo taurino como actividad y en el que se le conocía con el sobrenombre de "Mediaoreja". Fue éste un gran cantaor, cuyo mérito principal, dentro de su gran valía, fue asentar definitivamente los estilos iniciados por su padre.

            Ricardo Moreno Mondéjar recogió el estilo solearero de Triana en la versión de Ramón El Ollero y lo adaptó creando una modalidad cordobesa, como también ocurrió con las alegrías de Cádiz, que Mondéjar matizó para crear unas con nombre propio. Tuvo tres hijos que fueron Ricardo, Manuel y José Moreno Rodríguez. Hijos de éste último son Rafael y Emilia Moreno Maestre. Todos Onofre, todos cantaores y ninguno de ellos fue profesional del cante.



            Donde parece que hay acuerdo es en afirmar la existencia como cantes propios de Córdoba  a su amplia variedad de fandangos, todos de cortes abandolaos.  En Cabra se da un estilo cuyo mayor artífice es Cayetano Muriel, “Niño de Cabra” mientras que en Lucena se puede contemplar un abanico de cantes que se diferencian entre si y, son  los fandangos de Dolores de la Huerta, los de Rafael Rivas y los de la calle Rute. Rafael Rivas, fue cantaor habitual en las fiestas del torero Lagartijo, solía recoger en las letras de sus fandangos expresiones picantes, burlescas y hasta desvergonzadas. Por el contrario, las coplas de Dolores de la Huerta tenían un contenido amoroso y sentimental, muy distinto del estilo de Rivas.

            Todos ellos han sido magníficamente interpretados en los últimos tiempos por Antonio Ranchal y Pedro Lavado.

            Finalmente, del  mismo tronco  que del fandango de Lucena  en Puente Genil se crea el zángano, cante ligero y bailable que divulgó en los sesenta Fosforito y que legó José Bedmar “El Seco”.

            Asimismo, en la provincia cordobesa hay también un amplio glosario de cantes campesinos, como la trilla, la temporera y la pajarona. Además, a esta provincia se atribuye la creación de la serrana, así como un sello personalísimo en las saetas y en el cante de rosas.

            Hoy día con Fosforito, actual llave del cante, ya retirado, los representantes más importantes de esta zona son El Pele, Luis de Córdoba, Antonio de Patrocinio, El Calli, Inmaculada Aguilar, Concha Calero, Mario Maya o Joaquín Cortés.
           
            Otros nombre a destacar en el flamenco cordobés además de los mencionados son Antonio Márquez “Navajitas”, José Castellano “El Séneca” o Rafael Mesa “El Guerra.”