ENTREGA Nº 45 21 DE SEPTIEMBRE DE 2013
EL CAMARÓN DE LA ISLA
El
5 de diciembre de 1950 en el número 29 de
la calle del Carmen, barrio de
“Las Callejuelas” de la localidad gaditana de la Isla, la gitana Juana
Cruz dio a luz a su séptimo hijo, José
Monje Cruz “Camarón de la Isla”, gitano, canastero y uno de los cantaores
más importante de la historia del flamenco, hijo también del fragüero Luis
Monje.
Desde que nació vivió ambiente de
cante, la voz de su madre Juana gran cantaora, ya empezó a darle “las primeras enseñanzas artística” que unido
a todo lo que escuchó en la fragua donde trabajaba su padre, hizo de este
gitanillo flaco y muy rubio (de ahí el apodo de Camarón que su tío José le pusiera ) todo un viejo
del cante desde muy temprana edad, pues con sólo cinco añitos ya cantó en el
colegio de La Salle conocido en San
Fernando como en muchas zonas de la bahía como colegio de los hermanitos.
Según nos dice el escritor y maestro
isleño Enrique Montiel en su obra: Camarón, vida y muerte del cante, ”Camarón
llegó a decir, incluso, que su madre lo parió cantando por bulerías y no
llorando.”
A la muerte del padre las necesidades
de la familia eran abundantes por lo que Camarón con siete años, suele ir
acompañado de su hermano Manuel a visitar tabernas, el tranvía (como hicieran El Chato de la Isla) o la Venta Vargas para
poder ganar algunas pesetillas que aliviara las necesidades de su casa.
Al hablar de Camarón de la Isla o
de flamenco en San Fernando forzosamente
hay que mencionar a la familia Vargas, concretamente a Juan Vargas y María
Picardo, aludir a la muy famosa Venta de Vargas. Por ella pasaron artistas
superconocidos como el Chato de la Isla,
Aurelio el tuerto (Aurelio Sellé), Rosa la Papera, su hija la Perla de Cádiz (más de una vez se ha comentado
como los cantes de esta hija de Rosa la
Papera influiría en José, sobre todo por Alegría y por soleá de Cádiz, aunque
Camarón en palabras de la propia Perla los mejoró), Pericón, El cojo Farina
(Bailaor), El Beni, Caracol, El Sordera, Fernando Terremoto, El Borrico de
Jerez…raro es el artista que no ha pasado por este flamenco local, verdadero
mecenas del flamenco, Unos a ganarse el pan, para poder medio vivir, pero otros como el caso de Manolo Caracol,
artista consagrado como primera figura y amigo íntimo de Juan Vargas a visitar
cuando tenía ocasión a su íntimo amigo.
En una de esas visitas cuando José
Monje apenas contaba con doce años, Juan Vargas
le presentó al maestro de “La Niña
de Fuego, Carcelero, Salvaora”… quien
(según cuentan) no le prestó atención, cosa que se consideró como un desaire al
rubio gitanillo de la Isla. Con el tiempo el mismísimo Caracol comentaría que
los cantes de Camarón lo enloquecía.
En la feria de Sevilla de 1963, tras
una actuación en la caseta de la Venta de Vargas, llega a oídos de Antonio
Mairena la genialidad y lo viejo de los cantes de un niño de doce años natural
de San Fernando al que le cantara al día siguiente de tal forma por Bulería que
el maestro entusiasmado se le arranco con una pataíta al compás de José.
De Sevilla podemos decir que arranca el
inicio de futuros éxitos para este tímido cantaor pues tras la feria
hispalense, es contratado por Miguel de los Reyes para actuar en Málaga, luego
es contratado por diversas compañías como la de Valderrama, Dolores Vargas… más
tarde en Madrid en el Torre Bermeja donde es escuchado por Antonio Sánchez
padre de, pocos años más tarde, grandes
tocaores como Ramón de Algeciras y Paco de Lucía.
Es pues en Torre Bermeja donde se conocen José y Paco, encuentro
fundamental para el futuro artístico de dos de los talentos más grandes que ha
dado el flamenco. Camarón de la Isla y Paco de Lucía o Paco de Lucía y Camarón
de la Isla, tanto monta- monta tanto.
De ahí hasta su temprana y desgraciada
despedida todo fue un sinfín de reconocimientos y de éxitos. José Monje Cruz
“Camarón de la Isla”, es conocido en el mundo entero, su genio, su voz, su compás, su desgarro su “jondura en la sangre”
como diría Federico García Lorca de otro grande
es ve y escucha en cualquier lugar del Planeta, Camarón se convierte en
un mito en vida y diez años después de dejarnos recibe el mejor reconocimiento
que un flamenco pueda tener: “La Llave de oro del Cante”
En la Isla yo nací,
Me
crié al pie de una fragua
mi
mare se llama Juana
y
mi pare era Luis…
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