ENTREGA Nº 65 8 FEBRERO DE 2014
… Y Sevilla (11)
Cantaores Ilustres
ANTONIO MAIRENA
El
siete de septiembre de 1.909 nació en Sevilla el flamenco más importante que el
cante ha tenido en los últimos años, desde la década de los cuarenta hasta su
muerte en la capital sevillana, curiosamente otro siete de septiembre a la edad
de setenta y cuatro años en 1.983.
No
ha habido poetas, escritores, ni flamencólogos que no hayan dedicado libros,
poemas o artículos para reconocer a este "último bastión de la pureza
flamenca" como ese cantaor pleno de sensibilidad y profundidad flamenca, a
la vez que un incansable investigador y recreador
de lo más puro y genuino del arte gitano-andaluz.
Hijo
del gitano Rafael Cruz Vargas y de Aurora García Heredia, comenzó a cantar en
una fiesta familiar que dedicaron en su tierra natal al célebre bailaor "Faíco", improvisando unos
populares tangos de Pastora, que el mismo Faíco, impresionado por el arte y
compás de "ese Niño de Rafael", acompañó con su baile. Tenía sólo
once años y ni sus padres le habían escuchado cantar cuando éste, conocido en el pueblo de Mairena como el niño de
Rafael, se atrevió desde la falda de su madre a cantar en esa fiesta flamenca
que sus familiares y amigos gitanos realizaron.
Al
principio ayudaba a su padre a trabajar en la herrería que tenía en Mairena del
Alcor y allí en la fragua, fue escuchando, como él mismo dice en su libro
"Las Confesiones de Antonio
Mairena," los primeros cantes que los gitanos amigos de su padre realizaban
en sus múltiples y flamencas reuniones. Allí escuchó las cantiñas del Pinini y
otros cantes de Cádiz en la voz de su abuelo paterno (que era natural de
Bornos), allí pues en la herrería empezó a sonarle la voz y a quedárseles
grabados esos viejos cantes gitanos de la fragua.
"Yo no te digo gitana
de que me cameles tú a la fuerza,
si no es de tu voluntá
que hazlo como a tí te parezca."
A
partir de esa fiesta familiar dónde se dio a conocer empezó a cantar (alternando con el trabajo de ayuda
a su padre) en las distintas fiestas a las que fue invitado, conociendo
entonces al que él mismo dice su primer maestro, el soleaero Joaquín el de la
Paula, y al jerezano Manuel Torre, quién le enseñó esos duros cantes por
siguiriya que sólo Manuel Torre cantaba y que gracias a Antonio Mairena nos ha
llegado con entera pureza, siendo nuestro maestro de Mairena como dice su amigo
y flamencólogo Ricardo Molina, el sucesor de Manuel Torre y maestro supremo de
la siguiriya.
En
el año 1.924 ganó su primer premio de cante en Alcalá de Guadaíra, premio que
le otorgó un jurado presidido nada menos que por el maestro de Alcalá Joaquín
el de la Paula, como queriéndose demostrar que este chaval de quince años sería
con el paso de los tiempos la figura que
del cante iba a ser.
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