LOS PALOS DEL CANTE -18-
COLOMBIANAS
En el año 1931 José Tejada Martín Pepe Marchena, compone una canción a
la que titula “Mi Colombiana” y parece ser según el guitarrista Rafael Nogales
que el maestro de Marchena se inspiró en una canción vasca de título “El
pájaro carpintero”. Un año más tarde el
genial tocaor Ramón Montoya, realizó una nueva versión para el marchenero pero
en esta ocasión el cante iba ligado a dos voces, siendo el Niño de la Flor el
acompañante de Pepe Marchena.
El poeta Hilario
Montes compuso en el año 1933 una canción con el nombre de “Quisiera cariño
mío” que se grabó con la musicalidad de esta segunda versión y en donde
claramente se aprecia esas estructuras, esos matices del cante por colombiana
como en la actualidad se conoce, por lo tanto aunque se le incluye en los
mencionados estilos de ida y vuelta junto a la vidalita, guajira, habanera,
rumba, milonga…la realidad es que su creación es en esta zona del atlántico y
no en la orilla americana, conservando esos sí alguna similitud con los estilos
de ida y vuelta por, tal vez, su acercamiento común a los compases del tango
flamenco.
Quizá éste fuera uno de los argumentos para que el
poeta gaditano Fernando Quiñones incluyera a la colombiana entre los cantes de
ida y vuelta, cuando en realidad, hay que reiterar que la creación se debe al
maestro de Marchena con la inestimable colaboración de Ramón Montoya.
"Quisiera,
cariño mío,
que tú nunca me olvidaras,
que tus labios con los míos
en un beso se juntaran
y no hubiera en el mundo
nadie que nos separara."
La fórmula estrófica
es el de una copla de seis versos con estribillos característicos de dicho palo, incluso para cantar a dúo, manera que le
gustaba hacer como se ha expuesto anteriormente a Marchena y así se
contempla en sus grabaciones antes
indicada o en las formas seguidas por otros cantaores que han
realizado interpretaciones sin apenas variaciones, salvo las referidas al
compás pues hay maestros que han realizado la colombiana a ritmo de tango, de
bulerías, incluso del fandango.
"Me gusta estar
en la sierra
cuando nace el nuevo día,
me acuerdo de tus amores
y de tus malas partías
me consuelo con las flores
tu eres toda mi alegría.
A lo largo del siglo XX se puede considerar por la
mayoría de los aficionado que estas canciones pasan a convertirse en un nuevo
palo flamenco, aunque en un principio algunos de los estudiosos del flamenco lo
denominaran como cante aflamencado, lo
cierto es que durante los años sesenta del pasado siglo este palo se revaloriza
y se enriquece con nuevos modalidades
por la gran cantidad de artistas que incluyen este cante en sus
repertorios como Manuel
Vallejo, La Niña de la Puebla, Juan Valderrama, El Carbonerillo, Pepe Pinto,
Chano Lobato, El Perro de Paterna o Ana Reverte cantaores del ayer y hoy de
estos cantes aflamencados.
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