jueves, 6 de agosto de 2015

Ay Garrotín, que garrotán, que de la vera, vera, de San Juan.

LOS PALOS DEL CANTE  -30-

GARROTÍN

Palo flamenco perteneciente al grupo de cantes aflamencado, estilo que junto a la Farruca se incorpora a los compases del tango para aflamencar sus formas que recuerdan al principio las maneras que estos “chicucos”, pues así son llamados en un principio en Andalucía,  trajeron del norte español, cuando estos mozos allá por mediado del siglo XIX se aventuran a bajar al sur desde su Asturias o Galicia natal en busca de un mejor porvenir.

Aunque la mayoría de los estudiosos del flamenco coinciden en agrupar a estos estilos procedente del folclore galaico asturiano con el tango flamenco, existen otras teorías que emparentan al Garrotín con algún estilo de zambras del Sacromonte, otros le dan enfoque de cante de trilla al identificarlos con la garrotiada (reunión de campesinos asturianos para dar golpes o garrotiar al trigo  en la era y producir el desgrane, utilizándose para ello un palo o  garrote), tal vez traído a nuestra comarca en alguna época de trashumancia, señalándose por otra parte al garrotín como estilo creado por los gitanos catalanes de Lérida y Tarragona.


Al igual, también como la Farruca, el Garrotín alcanza la popularidad al principio del siglo XX, concretamente a partir de 1905, cuando el bailaor Faíco con la música también de Ramón Montoya, incorpora este estilo como palo flamenco a su repertorio.
                                  
                                             Que firmeza no tendría
                                                        el querer que puse en tí,
                                             que cuando tu me olvidaste
                                             la muerte sentí venir.
                                            Ay Garrotín, que garrotán,
                                            que de la vera, vera, de San Juan.


                                       
                                            

Una estrofa de cuatro versos de ochos sílabas con rima de forma asonantada en sus tercios pares, con un estribillo de dos versos como remate final de cada cante  forma este atangado cante que encontró en maestros como Manuel Torre o en la mismísima Pastora Pavón “La Niña de los peines”  exquisitos interpretes que engrandecieron este palo al principio del siglo XX, y que más tarde continuaran Rafael Romero, Antonio Mairena, José Meneses entre otros grandes. La artista catalana Maite Martín es una de las grandes cantaoras  que en la actualidad defiende con su arte la garantía de este estilo flamenco.

Otra característica del Garrotín que le asemeja con la Farruca es su adaptación más al baile que al cante y aunque destaca como se ha indicado anteriormente por la aportación de Manuel Torre con su cásico tran, tran treiro, treiro…o de Pastora Pavón, la mayor fama artística se consiguió más como palo flamenco patrás que para escuchar, con figuras históricas del baile como el “creador Faíco o la genial Carmen Amaya que le dio un impulso al Garrotín de alta escuela flamenca.






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