LOS PALOS DEL CANTE
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MARTINETE
La Toná de
mayor dificultad a la hora de interpretar es, sin duda, el Martinete; llamado
así por emplearse como acompañamiento al cante los golpes del martillo del
yunque. Es, pues, el cante de fragua o la toná por excelencia.
La forma de
su estrofa es igual que las anteriores de su familia, aunque al final se le
añadía (actualmente muchos cantaores no lo hacen) un remate de tres versos
libres.
"Y si no es verdad
que Dios me mande la muerte
si me la quiere mandar.
Cuando
se le añade al Martinete este remate, se le llama Martinete
"redoblao" aunque,
como digo, cada día se usa menos este también
llamado "Macho del Martinete".
La temática que se usa en este "palo" es
idéntica a la de los otros cantes de fragua, destacando siempre los temas
trágicos:
“Los Geres por las esquinas
con velones y farol
en voz alta redecían
matarlo que es calorró”
El Martinete, según Fernando Quiñones en su libro
"De Cádiz y sus Cantes", es un palo desgraciadamente en decadencia
como otros tantos cantes puros y primitivos y que, a pesar de lo trágico de sus
letras, también se encuentran algunas salpicadas de la gracia gaditana como:
"En el Barrio de la Viña
robaron un cobertó,
salió un chiquillo diciendo
no lo
hubieran puesto al só."
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