viernes, 29 de noviembre de 2013

Flamenco en Sevilla IV


 ENTREGA Nº 55      30  DE NOVIEMBRE DE 2013 


… Y Sevilla (4) Utrera
           
            Se caracteriza Utrera y sus grandes cantaores por realizar con “olor sabor” especial sus estilos más jondos y primitivos, sus soleares, tientos, cantiñas, cuplés o bulerías tienen un inconfundible compás, una personalidad  en sus cantes, con ecos  tan familiar que  no se parecen ni  imitan a nadie.
         Los flamencos de Utrera tienen esa  propia originalidad que hacen que  Utrera huela a soleá, cuplé, bulería, tientos, cantiñas...todos han dejado esa huella de un genuino y especial sabor flamenco.
         En las primeras décadas del  siglo XIX encontramos los primeros nombres flamencos como el gran creador de tonás Perico Mariano o los hermanos  Juan y Perico “los Pelaos” trianeros que por Utrera solían estar.  A partir de los años cincuenta del mismo siglo aparecen  figuras de la talla de la jerezana Mercé la Serneta, Joaniquí, Pinini, Rosario la del Colorao o  la familia de los Perrate.
          Rosario Torres Vidal “la del Colorao”, nació el 5 de febrero de 1871 y vivió siempre en la  Calle Nueva,  una de las calles más gitana de Utrera donde tuvo un puesto de cal. "Rosario la del Colorao",  aunque gran seguidora de Mercé la Serneta, destacó sobre manera especial en los cantes por bulerías y cantiñas, palos que expresó de forma magistral.
         Ese carácter tan familiar que de la soleá se ha comentado en varias ocasiones, encuentra en las localidades de Utrera y Lebrija un asiento especial, donde encontramos una saga, una familia que hizo que  los cantes de Utrera mantuviera ese sabor en sus tercios de marcado corte local-familiar: Los Perrate.
         José Fernández Granado, Perrate de Utrera, nació en esta localidad sevillana  el 9 de junio de 1915, de familia flamenca vivió siempre intensamente el cante desde la época de su abuelo, quién desde muy niño le enseñaran los primeros cantes,  es el primero de toda una dinastía de los que tenemos datos fehacientes, hermana de él fue la gran cantaora Maria la Perrata.


         Gran defensor de su raza, sentía un gran orgullo de ser gitano, destacó por ser uno de los preferidos de los buenos aficionados por el  saber y gusto  añejo que imprimía a sus cantes. El tramo final de su vida hasta que muriera, el 12 de octubre de 1992,  en el Hospital del Tomillar de la Dos Hermanas fue muy duro al quedar inválido  y tener que moverse en una silla de ruedas. Se casó con Tomasa Soto, la hija mayor de Manuel Torre. Siendo muy joven actuó  en el Kursaal de Sevilla y en el circo Bolsa, años más tarde lo hizo en el Guajiro, junto a otras figuras como  El Chocolate, Matilde Coral, Farruco entre otros. Sus ecos primitivos también se escucharon en Madrid en lugares como El Duende y Los Califas.
Tomás de Perrate.
            Nació Tomás Fernández soto en el año 1964, formando parte de dos de las más genuinas familias flamenca pues a la saga de los Perrate (su familia paterna) encontramos la del  genio jerezano Manuel Torre ya que su madre, Tomasa Soto era la hija primogénita del ilustre jerezano de los duendes negros. ¡ Cómo no iba a salir de estas familias cantaoras con tanto raigambre, un cantaor como Tomás, casi ná hijo del Perrate de Utrera y nieto de Manuel Torre y a su vez primos de  los hermanos el guitarrista Pedro Peña y del cantaor Juan Peña el  Lebrijano, de Miguel Funi, Dorantes, Gaspar de Utrera… lo dicho una familia, escuela de cante por los cuatro costados,  y en ese ámbito tan familiar se inicia, en sus fiestas, en la grabación de discos para la Navidad Utrerana.
          “Estuvo cuatro minutos cantando por bulerías para hacerse jirones la camisa, esta verde, muy verde, pero es un diamante de muchos quilates, el padre y el abuelo ensamblados en su voz, la dulzura y el ritmo solemne del padre y el eco enervado de Manuel”, escribió de él el crítico flamenco Miguel Acal.
         Tomás es un cantaor que se prodiga desde esa época de fiestas familiares con espectáculos flamencos como “Raíces de luz”, “Rutas del Flamenco”, poseedor del Giraldillo del cante al cantaor revelación de la bienal de 2002  por su espectáculo  “Campiña”,  es además un consumado estudioso del flamenco aportando mucho en conferencias como “el cante de  Utrera de ayer y de hoy” bien en Mont de Marsan (2003), bien en la Universidad de Harvard en 2004.
         Además de participar ese año (2004) en la Bienal junto a figuras como Antonio Núñez “el Chocolate”, Bernarda de Utrera, el Funi, Angelita Vargas o Pepa de Benito, nos ha dejado en el año 2005 un magnífico trabajo con su álbum “Perraterías”

Fernanda de Utrera.
            Es difícil hablar de flamenco de Utrera y no pensar instantáneamente en Fernanda Jiménez Peña, no acordarse de su compás por bulería, de lo soberbio y racial de su cante por soleá, de cómo fue capaz de interpretar la soleá de tal forma y manera, con tanta grandeza , que  le ha hecho sombra a la creadora  y maestra de sus cantes, soleares que le llega a través de Rosario del Colorao y es que Fernanda de Utrera y según opiniones de grandes críticos flamencos con su negra voz rota, araña los sentidos y  ha elevado  tan alto el cante por soleá heredado de Mercé la Serneta que  muchos la considera como la mejor cantaora  por soleá de la historia del cante.


         Nació Fernanda en Utrera el 9 de febrero de 1923, nieta del Pinini, uno de  los pioneros del cante en Lebrija, quien aunque no se dedicara profesionalmente al cante era muy conocido en Utrera, son como ha dicho en varias ocasiones Bernarda, su inseparable hermana, “cantaoras de nacimiento”
         Toda su carrera artística está ligada a su hermana Bernarda, formando desde muy pequeñas, cuando los grandes flamencos iban a visitarla a su casa de Utrera, un gran grandioso dúo flamenco, toda su flamenca  vida estuvo llena de éxitos actuando en  los mejores escenarios del mundo, una carrera plagada de premios, cincuenta años inseparables desde que en 1957 y de la mano del Maestro de Mairena iniciaran su andadura por tablaos como Torre Bermeja, Las Brujas, Zambra y así hasta recorrer todo el mundo llevando ese compás, esa bravura, ese rancio y jondo sabor flamenco con sabor a primitivo cante grande.
         Cincuenta años de defensa de la pureza flamenca hasta que el 24 de agosto de 2006 y tras varios años sufriendo la enfermedad del alzheimer, falleció en su propia casa familiar, aunque antes en  marzo de 2003 se celebró un homenaje a su persona y a su carrera  que congregó a las más destacadas figuras del flamenco.
    En el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba del año 1957 consiguió el premio de soleares y bulerías, en 1966 el de Mairena del Alcor,  un año después en Jerez de la Frontera fue premio Nacional de Cante de la Cátedra de Flamencología de Jerez de la Frontera, el XII Potaje de Utrera de 1968 fue dedicado a la figura de Fernanda de Utrera por su trayectoria flamenca…son entre otros  los muchos premios obtenidos pero además de participar en películas como: Duende y misterio del Flamenco, La novicia rebelde y Flamenco

La Junta de Andalucía le concedió en 1994 la medalla de plata de Andalucía. Es Hija predilecta de Utrera en 1994 y  de la provincia de Sevilla en 2006, en 2003 se le concedió Medalla de Plata al Mérito en el Trabajo y en 2005 Medallas de Oro al Mérito en Las Bellas Artes.

Bernarda de Utrera
             Como sucediera con su hermana Fernanda la carrera artística  de Bernarda ha ido paralela, tanto en el inicio como cantaora profesional en 1957 como en casi todos los premios o reconocimientos obtenidos,  y así Fernanda Jiménez  Peña nacida en 1927, destacó en  los cante festero, en especial la bulería, aunque muchos estudiosos afirmaron que Bernarda de Utrera poseía un sentido enciclopédico del cante, dominando de igual manera estilos como las mencionadas bulerías, fandangos, soleá, siguiriyas, cantiñas, tarantos, tientos,  tangos o cuplés.
         Al igual que Fernanda actuó en los mejores escenarios del mundo obteniendo premios como: el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba del año 1957  o en 1967 el  Premio Nacional de Cante de la Cátedra de Flamencología de Jerez de la Frontera, además en 1988  el Premio Mejor Música del año, Radio París.

 Como a su hermana, La Junta de Andalucía le concedió en 1994 la medalla de plata de Andalucía. Es Hija predilecta de Utrera en 1994 y  de la provincia de Sevilla en 2006, en 2003 se le concedió Medalla de Plata al Mérito en el Trabajo y en 2005 Medallas de Oro al Mérito en Las Bellas Artes.
    En el año 2000 ya separada de su hermana por la enfermedad de Fernanda, grabó  “Ahora”, su primer disco en solitario. Falleció en su localidad natal el 28 de octubre de 2009 no sin antes recibir un  último homenaje para ella y  su hermana pues El 7 de 2005, el Ayuntamiento de Utrera inauguró el monumento  que representa a Fernanda y Bernarda cantando  en la plaza Ximénez de Sandoval, límite con  la calle que lleva el nombre de las dos flamenca más ilustre que dio la flamenca Utrera
         Otros nombres que engrandecieron el flamenco y que dio esta bella tierra  son entre otros Miguel Vargas Jiménez “ Bambino”, gitano con un  estilo por rumbas, cuplés o bulerías tan personal que creó una escuela flamenca especial , pues  muchos han querido imitar el atrevido estilo algo  canalla y arrebatador de los cantes de Bambino del que  se ha llegado a decir que cuando cantaba pareciera que llorara  sus  desengaños, amores o desamores, penas … y todo al compás de sus bulerías, cuplés o rumbas que nadie ha sido capaz de imitar.
Gaspar de Utrera
                                     Utrera orgullosa está,
                                               de haber tenido artistas
                                               de la talla de Gaspar
        
         Gaspar Fernández Fernández,  es otro de los grandes artista de esa dinastía flamenca de la “tierra de los mostachones”, de los Perrate,  cantaor desde su cuna, sobrino del Perrate y la Perrata, trabajador del matadero de Utrera, dejando el trabajo cuando concursó y ganó el premio radiofónico “Fiesta en el aire” siendo aún un  niño. Gracias a ese premio entró en la Compañía Juvenil de “Ases” que encabezaba Naranjito de Triana.
         Su estilo netamente festero  fue escuchado en tablaos de Madrid como El Duende, El Corral de la Morería, Las Brujas, Arco de Cuchilleros o en  Los Canasteros. Realizó giras por Europa y América cantando patrás, aunque pronto volvió a su Utrera  para actuar en las fiestas, peñas o  festivales, de su entorno sobre todo en su “Potaje” donde siempre tenía un lugar privilegiado para cantar.
         Curro de Utrera, Manuel de Angustias, Cuchara, el Niño de Utrera, el Turronero, El Chato, Rafael de Utrera, Pepa de Benito son otros nombres muy importante del elenco cartel flamenco que entre unos y otros, presentes o ausentes de entre nosotros pero añorados los segundos por todos,  podríamos contemplar en Utrera.  
         Para recordarnos esos primitivo ecos flamencos, para reconocer al flamenco de Utrera, en Algeciras el pasado 29 de este mes de noviembre a través la Sociedad del Cante Grande de Algeciras se va a realizar un homenaje a  la familia de Los Perrate,  se le concederá  la prestigiosa Palma de Plata “Ciudad de Algeciras”, con la actuación entre otros de: Tomás de Perrate, Inés Bacán, Mari Peña, Antonio Moya o David Morales con su elenco.
         Pero En Utrera no sólo, que ya es sumamente importante, encontramos artistas como los apuntado anteriormente entre otros, sino que además para defender nuestra cultura más popular y genuina, para que podamos seguir disfrutando de sus cantes, desde  el 15 de mayo de 1957 se viene celebrando uno de los más importantes festivales flamenco con que contamos en nuestra tierra: El POTAJE GITANO DE UTRERA.



viernes, 22 de noviembre de 2013

Flamenco en Sevilla III

 ENTREGA Nº 54      23 DE NOVIEMBRE DE 2013 


… Y Sevilla (3) Alcalá

         Aunque el cante por soleá en Alcalá de Guadaira ha sido reconocido como verdadero lugar de creación, no podemos dejar de comentar algunos matices, aunque con las mismas cadencias que en Triana en cantes como la siguiriya o las tonás.
         Alcalá ha agrupado en torna a ella a un núcleo humano de  cantaores de categoría  y de todos ellos destaca un nombre de manera especial, Joaquín el de la Paula nacido en Alcalá de Guadaira en 1875 y tras el maestro de Alcalá de los Panaeros y formando parte de ese flamenco  grupo humano que, a través de la historia flamenca de Alcalá, ha constituido la base de su notoriedad hay que destacar también a, Juan Talegas y "Manolito María", entre otros. Se ha dicho  por parte de Ricardo Molina y Antonio Mairena, en su  obra "Mundo y Formas del Cante Flamenco” que Alcalá ha mantenido sus cantes puros, cosa que no ha ocurrido con Triana.

Muchos por no decir todos los flamencólogos coinciden en mencionar a Alcalá de Guadaira o de los "Panaeros" como verdadera cuna del cante más puro, primitivo y grandioso de la soleá hasta, el punto de identificar a esta localidad como la de mayor variedad de soleares, reconociéndose como dice en la citada anteriormente “Obra Flamenca” Ricardo Molina, que algunas modalidades como la de Cádiz (la de Paquirri el Guanté) pudiera ser derivaciones a ritmos más rápido de las grandiosas soleares de Alcalá.


De todas formas no se puede hablar de un sólo tipo de soleá de esta escuela alcalaína sino que se ha podido demostrar por los estudios que los distintos flamencólogos han realizado, que al menos existen diez estilos distintos de soleares de Alcalá, siendo su principal representante Joaquín el de la Paula, hasta el extremo de que no se puede mencionar ni Alcalá ni el cante por soleá sin identificarlo con ésta genial figura de quién se llegó a decir  que con él el cante de Alcalá llegó a la cima.

                                          "Por donde quiera que yo voy,
                                           me parece que estoy viendo
                                           la sombra de tu querer
                                           que me viene persiguiendo." 

Joaquín el de la Paula engrandeció toda la gama de soleares de su pueblo natal, precisando todos sus matices, grave, pausado, dramático. Es sin lugar a dudas el cantaor alcalaíno que pasará a la historia como el más profundo y emotivo de todos cuantos en este lugar nacieron.

Las soleares de Alcalá tuvieron también versiones en la voz de Pastora y Tomás Pavón y en la de Manuel Torres aunque estos grandes cantaores no le dieran ese sabor localista o ese "aire nativo" de Joaquín que le diera su sobrino Juan Talega, hijo éste del hermano de Joaquín el de la Paula, Agustín González.

Hoy en día el máximo especialista de los cantes de Joaquín y de las soleares de Alcalá es el estudioso y genial maestro Antonio Mairena, quién aunque desgraciadamente desaparecido de entre nosotros, nos ha dejado un amplio trabajo flamenco que sirve de estudio y aclaración de los cantes más puros.
                     

                                            "Quiero estar entre las flores,
                                              hoy aquí, mañana allí,
                                              yo no quiero a nadie
                                 ni que me quieran a mí."

Existe también un estilo poco conocido llamado el de la Roesna  (gran cantora gitana del siglo XX) que se nos ha trasmitido a través de Pepe el Culata.

En definitiva las soleares de Alcalá comprenden una demarcación que va desde Dos Hermanas hasta las cercanías de Utrera y Lebrija, pudiéndose decir que además de su uniformidad y homogeneidad destaca en este estilo su expresión solemne y la difícil ligazón de sus tercios así como su marcado corte local-familiar.

                                                "Yo te quería,
                                                  ya no te quiero.
                                                 Tengo en mi casa
                                                 género nuevo."

                       

   
            Este año 2013 (murió en Sevilla en 1933) se cumple el 80 aniversario de la desaparición del genio de la soleá de Alcalá y por este motivo se ha organizado grandes eventos que recuerden la importancia de este cante, de esta localidad y sobre todo el recuerdo a la grandeza de del genuino maestro de cante por soleá: Joaquín Fernández  Franco “Joaquín el de la Paula”











        



viernes, 15 de noviembre de 2013

Flamenco en Sevilla II

 ENTREGA Nº 53      16 DE NOVIEMBRE DE 2013 


… Y Sevilla (2) Triana
                       
                                   Que bonito está Triana
                                   cuando le ponen al puente
                                   banderas republicanas.      
         A pesar de su proximidad física, por lo que respecta a la vida flamenca,  entre Sevilla y Triana han existido siempre notables diferencias. Según Manuel Bohórquez Casado ("Rito y Geografía del Cante".- ALGA Ed., Murcia l997, pág. 114) en Triana se cantaba en las tabernas, donde se entablaban duelos entre figuras trianeras del cante, en una época en la que en Sevilla el arte flamenco triunfaba en los cafés cantantes. En Triana apenas hubo cafés cantantes, según este autor, y los flamencos trianeros tenían que cruzar el Guadalquivir para cantar en los cafés cantantes de Sevilla. Es más, antes de que nacieran los cafés cantantes, los intérpretes de flamenco vivían de las fiestas y de las academias de baile, que en Sevilla eran muy abundantes.
         Actualmente se conoce como Pagés de Corro pero desde el siglo XVI este lugar es conocido como  La Cava al estar recorrida la calle por un foso para proteger al barrio de los continuos  desbordamientos del río Guadalquivir, divididos entre dos tramos llamados Cava  Baja o Cava Vieja (conocida a partir del XIX de los Civiles, por estar situado en n la zona el  cuartel de la Guardia Civil) y Cava Alta o Cava Nueva, posteriormente llamada Cava de los gitanos pues casi toda la población que vivía en este arrabal sevillano,  desde hace más de cinco siglos,  estaba compuesto por gitanos, aunque  durante los años sesenta y setenta del pasado siglo las autoridades de entonces , tal vez con la complicidad  con algún que otro especulador inmobiliario, propiciaron la expulsión de muchas familias romaní de la Cava Trianera.
        
         Serafín Estébanez Calderón (El Solitario)  autor de "Un baile en Triana", episodio que forma parte de las "Escenas Andaluzas"  describió una fiesta flamenca en Triana que sirvió de base para estudios posteriores de casi todos los investigadores. En dicha fiesta,  se cita como cantaor al mítico "Fillo" y a su maestro "El Planeta",  grandes figuras y maestros   de los inicios de la historia del flamenco,

                                “Sevilla tuvo una niña,
                                          y le pusieron Triana;
                                         la bautizaron en el Río
                                         los gitanos de la Cava”


En Triana en el cante por siguiriya, así como en el de las tonás se conserva y transmite su buen foco arcaico, sus cadencias, sus primitivos ecos frente, tal vez,  a los estilos “algo más abierto” mucho más interpretados y populares que en Jerez o en Cádiz y los Puertos.

Por el año 1.850 aparece por los campos de Jerez o por Cádiz un gitano del municipio sevillano de Gelves que, invitado por el Sr. Manuel Molina, se dedica a cantar estas siguiriyas primitivas de las que aprendieron Curro Durse, Paco La Luz, entre otros; se trata de Frasco El Colorao.




                                                "A las dos de la noche
                                                  me despierto y digo:
                                               ¿Dónde estará mi compañerita
                                                 que no está conmigo?"

Este estilo de Frasco el Colorao con tercios ligados, con dura expresión y esas ya señaladas especiales cadencias, va a servir de base para otros cantaores trianeros, destacando entre todos una familia, la de los Caganchos, quienes engrandecieron los estilos trianeros que nos llegan a través de Tomás Pavón y, más tarde, de Pepe el de la Matrona, de quien se dice es el máximo representante y conocedor de la escuela de Triana.

                                                "Que duquelas más grandes
                                                  a mí me llegó,
                                                 malhaya sea estos pasitos
                                                 que esta gitana dio."

Otro artista importante que le dio realce a este estilo de siguiriya (insisto donde se aprecia el aire de semejanza de tonás) es Pepe el Culata sin olvidarnos del que según algunos fue el mejor cantaor de todos los tiempos: Silverio Franconetti, quien consiguió dignificar el cante llevándolo desde las tabernas a los cafés cantantes y de ahí con toda seguridad a nosotros. De Silverio decía Lorca:

                             "...Los viejos se erizaban los cabellos y se abría el azogue de los espejos..."
                                  
                                               Calorrós de Triana
                                               duquelas pasaron,
                                               los variables cortaron los puentes
                                               y ellos se ahogaron.

         No cabe duda que Triana ha tenido una gran importancia en la historia del arte que comentamos y por Tirana encontramos a grandes personalidades de nuestro genuino arte como:
         El puertorrealeño Francisco Ortega Vargas “el Fillo” de quien se decía por las Tabernas de Triana que era todo un maestro muy respetado por los aficionados hasta el punto,  de que cuando entraba en alguna taberna los aficionado presente dejaban de cantar y el silencio se rompía cuando el genio se arrancaba con algún cante, entendiéndose esto como un gesto para que continuaran la juerga. Se dice también que le tenían tal estima que  todos querían imitarle en su característica voz, pues algunos bebían bebidas como el aguardiente para que su voz  se le pareciera.  Compañera del Fillo fue la gran solearera La Andonda nacida en la Cava en 1831, una gitana según cuentan bravía  que cantaban por soleá de manera personalísima, tal vez la primera cantaora que supo “quejarse” cantando por soleá, sus letras casi siempre dedicadas al Fillo eran claras sentencias, eran famosas las variadas peleas  de esta pareja gitana por las calles trianeras, tal vez por celos, de ahí que siempre acompañara al maestro, murió la Andonda en el año 1891.
                                     La Andonda le dijo al Fillo,
                                               anda y vete pollo ronco
                                               a cantarle a los chiquillos.
                                               Pa yo volverte a ti hablar
                                               es menester que te pongas
                                               la banda de general.

         En la conocida taberna de “Casa Rufina” de la antigua calle Larga, hoy  calle Pureza, se daban con normalidad cita dos familias cantoras como Los Caganchos y Los Pelaos y allí era famoso los duelos flamenco con cantes como martinetes, siguiriyas o soleares y se dice que este último cante cercano al polo, podría ser unas primitivas soleá apolá o al menos de este estilo lo realizaban los Caganchos sin que faltaran algunas soleares de Triana.


         Grandes maestros del final del XIX y hasta la mitad XX fueron entre otros:
 Pepe el de la Matrona quién nos dejó una soleá de Triana que parece ser aprendió de la Andonda y del gran maestro de Morón (discípulo payo del Fillo) Silverio Franconetti.

                                      Se “jundió” la Babilonia,
                                               porque le faltó el cimiento,
                                               nuestro querer no se acaba,
                                               aunque falte el firmamento.
                  

         El de la Matrona nació en Triana en el año 1.887, de nombre  José Núñez Meléndez, llamado el de la Matrona por   la profesión de su madre. Con toda seguridad es uno de los grandes  artistas de nuestra particular edad de oro del flamenco.
         Su conocimiento en todos los palos flamencos es amplísimo y destaca por su pureza en  los diferentes cantes, dejándonos para un mejor estudio de su obra una colección de grabaciones con el nombre de Tesoros del Flamenco Antiguo, murió en Madrid en el año 1.980.
                                      Puente de Triana,
                                               se cayó la barandilla,
                                               y el coche que le achuchaba.

         Ramón El Ollero (1873- 1075) con un cante por soleá más larga y pausada.

          Emilio Abadía, quien de niño conoció en Triana a los Caganchos y a Ramón el Herrero,  gran defensor de los cantaores y cantes de Triana, aunque él sólo interpretara tres y de ella una Apolá, nació en 1906, fue catedrático de Bellas Artes dejando trabajos suyos en la Expo del 29, conocido como comunista de Triana murió el 27 de Agosto de 1986 en la localidad de Mairena del Aljarafe.

 Niño Segundo, destacado por las personalidad de sus cadencias en la soleá, no conocida hasta que fueron oídas de su voz.

 Juaquinito Ballestero, para quién Antonio el Arenero compuso la soleá Trianera:

                                     ya se murió Juaquinito,
                                               Juaquinito Ballestero,
                                               que cantaba por Solea,
                                               lo mejor del mundo entero


         El Sordillo de Triana, El Teta, Manolo Oliver, Naranjito de Triana,  Antonio el Arenero, Márquez el Zapatero… son  nombres que permanecen en la memoria de cualquier buen aficionado y que se encuentra escritas con letras de oro en la Historia del Flamenco y por supuesto en la historia de Triana.   

         Como se ha comentado varias veces y argumentado por la mayoría de los estudiosos del flamenco, Triana, considera como una de las cunas del cante con esa Cava de los gitanos donde se fraguan esas arcaicas tonás, esas primitivas siguiriyas o sus peculiares soleá, posee al  mismo tiempo una parte trianera conocida como El Zurraque generalmente habitada por artesanos payos con oficios variados como alfareros, carpinteros, herreros… y quienes nos han transmitido (ejemplos los nombrados anteriormente) sus formas especiales de hacer algunos cantes como la propia Soleá Alfarera distinta de la Grande de Triana que tan magníficamente nos llega gracias a uno de los más grande, al maestro de Mairena del Alcor: Antonio Mairena.














viernes, 8 de noviembre de 2013

Flamenco en Sevilla

ENTREGA Nº 52      9 DE NOVIEMBRE DE 2013 
                  

… Y Sevilla (1)

                                  
                                      “Giralda cuando yo muera
                                        vendré a acariciar tu cuerpo
                                        vestido de primavera

            Una de las grandes cunas, Sevilla y su comarca cantaora: Alcalá, Triana, Utrera, Lebrija,  Mairena, Morón…representa en el flamenco, en los orígenes más primitivos de nuestra historia flamenca, todo un pilar básico para sus cantes, bailes y toques. Como sucede con Jerez, sobre la capital andaluza  también encontramos gran variedad  de trabajos, estudios o libros de flamencología que nos comenta la importancia de esta provincia en la génesis y posterior evolución de nuestro patrimonio cultural, aunque también de la misma manera siempre quede, con total seguridad, algo  que decir del flamenco en este importante vértice del  triángulo mágico con el que se suele representar a los pilares básicos del  arte, como dice Don Antonio Mairena, gitano- andaluz.

            En Triana se cantaba en las tabernas, donde se entablaban duelos entre figuras trianeras del cante”, nos comenta en “Rito y Geografía del Cante” Manuel Bohórquez Casado, siendo necesario distinguir a este grandioso y barrio flamenco  por excelencia, por esa razón es importante resaltar la convivencia, también como sucediera en la localidad jerezana entre payos y gitanos, tanto a un lado como a otro del Guadalquivir.

            Según Serafín Estébanez Calderón (El Solitario) en su episodio  Un baile en Triana” de  “Escenas Andaluzas”, Francisco Ortega Vargas "el Fillo", cantaor puertorrealeño junto  a su maestro el mítico gaditano  "El Planeta",  verdaderas figuras  iniciadoras  según coinciden casi todos los flamencólogos de la historia del flamenca, describe con entusiasmo la Triana de entonces, donde se destaca las distintas fiestas flamenca que en este gitano barrio se suelen celebrar mientras que, en escritos de Antonio Machado Álvarez “Demófilo”,  amén de corroborar estos encuentros en esas fraguas o patios trianeros, en Sevilla encontramos la mayoría de los café cantantes  adonde  acuden los flamencos trianeros para cantar bien en los encuentros que habitualmente se desarrollaban,  o en las fiestas que tras estos espectáculos se organizaran.

          Pero los encuentros con el flamenco, con los orígenes del cante jondo y Sevilla,  los podemos estudiar con total tranquilidad como se comprueba por los numerosos estudios realizados,  en núcleos como Triana, Utrera, Lebrija y Alcalá de Guadaira, eso sí sin olvidarnos de poblaciones importantes como Mairena del Alcor.

         Si en Jerez encontramos nombres, familias o linajes como los Paula, Sotos, Agujetas, Moneo, Carpio, Marruro…iniciadores del cante como Tío Luis El Cautivo, Tía María La Jaca, Tío Vicente Macarrón, Juanelo y el Señó Manuel Molina, en Sevilla paralelamente aparecen figuras de la talla de los Pelaos, Ramón el Ollero, Frasco el Colorao, La Andonda,  Tío Noriega, los Pavón o Juaniquín el de la Paula, Manolito de María… y geniales nombres como Silverio Franconetti,  Pastora Pavón la Niña de los Peines, Pepe el de la Matrona o el maestro de todos los cantes: Don Antonio Mairena.

Tanto en Sevilla como en Triana o en cualquiera de sus flamencos pueblos: Alcalá de Guadaira, Lebrija, Utrera, Morón,  Mairena…,  tienen su personalidad en cantes básicos como tonás, siguiriyas o tangos  pero parece ser que el palo flamenco predominante en la comarca sevillana podría ser el cante de la soleá.

 Las primeras noticias que encontramos sobre las soleares datan del año 1.782 y se debe a escritos de D. Antonio Machado Álvarez (Demófilo) cuando comenta las bodas de un aguador o vendedor de agua gitano: Tío Luis el de la Juliana. Seguramente esas llamadas Soleares serían muy distintas a las actuales ya que las mismas noticias nos hablan de esos cantes, con abundantes ritmos y bailados, por lo que se afirman que las primitivas soleares se realizaron para bailar y provenían de esos antiguos jaleos pues musicalmente y por su estrofa (tres versos) son idénticas.

La mayoría de los flamencólogos dicen, el origen de este cante (pilar fundamental del  flamenco) no puede ser otro que ese primitivo "Jaleo" o esa primitiva cantiña para el baile y así el nombre pudiera derivar, según Demófilo, del de una mujer, Soledad o bien de algunas letras viejas que pudieran empezar diciendo: 
               

          "que grande es mi soledad..."
                                    
Como se ha indicado anteriormente, la estrofa de las soleares coincide con la del primitivo "Jaleo", esto es, un terceto octosílabo; pero existe otra Soleá u otro estilo de Soleá, si se quiere más joven que la anterior, y que consiste en una especie de cuarteta en octosílabos romanceada y cuando este estilo se remata con un terceto y su primer verso es de tres o cuatro sílabas se le llama Soleariya.

La temática de las letras de la Soleá es variadísima pues, al igual que la siguiriya, por Soleá  también se canta al amor, al dolor, a la muerte y desamor cantándose también por Soleá a todo tipo de sentencias, sin quitar, quizá pinceladas de humor.


                                               "El día del aguacero
                                        dime dónde te metiste
                                        que no te mojaste el pelo."

Características de las Soleares son sus variedades y su flexibilidad; hay quien afirma que es el más flexible de los cantes y sus parentescos innumerables pues hay soleares tangentes (como dice Ricardo Molina) con la petenera, la siguiriya, la bulería, el martinete... son parientes dice de casi todos los cantes.

Tal es la variedad de estilos de Soleá que de un estudio de Ricardo Molina se reconocen 44 estilos distintos que corresponden a las siguientes modalidades:

                        -Soleares de Alcalá (incluidas la de Joaquín el  de la Paula), 10
 -Soleares de Utrera (incluidas la de Joaniquín y la Serneta),  6
                        -Soleares de Frijones de Jerez, 3
                        -Soleares de Enrique el Mellizo, 2
                        -Soleares de Paquirri el Guanté, 2
                        -Soleares de Triana, 4
                        -Soleares Apolá, 3
                        -Soleares de Juan Breva, 6
                        -Soleares de Córdoba, 4
                        -Soleares de Málaga, 1
                        -Soleares que no se han podido clasificar, 3

Posiblemente existan algunas más de carácter personal o incluidas en algunas de las escuelas o modalidad geográfica en las que se pueden incluir para su estudio, escuelas que a diferencia con las de la siguiriya, presente una que bien pudiera ser la genuina madre de este grandioso cante: Alcalá de Guadaira o Alcalá de los Panaeros.

Por lo tanto debe quedar claro que no se habla de una soleá sino de variadísimos estilos de soleá o lo que es lo mismo de soleares y de entre ellas una distinta tal vez a las demás y recogida, como tantos otros trabajos, por el maestro de Mairena del Alcor: La soleá de  Charamusco