ENTREGA Nº 96 13 DE SEPTIEMBRE DE 2014
MUJERES QUE DEJARON Y DEJAN HUELLAS
EN EL CANTE
-27-
LA
PERRATA
María Fernández Granados, La Perrata aunque nacida en Utrera en 1922, casi toda su trayectoria la realiza en Lebrija junto a su marido el tratante de ganado Bernardo Peña. El ser nieta de Perrate le hizo ser poseedora junto a su hermano Perrate de Utrera de una gran herencia flamenca, puro legado de Lebrija y Utrera que la supo transmitir a sus hijos y nietos, sobrinos, encontrándose nombres ante señalados como Los Bacán, los Peña…
María La Perrata a
pesar de dejarnos muy buenas grabaciones, no se dedicó profesionalmente al
flamenco, de su madre aprendió los cantes tradicionales que se oían en su casa
por donde desfilaban los más grandes maestros del flamencos para escuchar los
cantes que guardaba, nombres como sus hijos El Lebrijano o Pedro Peña,
sus sobrinos Fernanda y Bernarda, El Turronero, Gaspar de Utrera o Pedro Bacán,
pudieron sentir y aprender estos primitivos cantes como el caso del
mismísimo Antonio Mairena, maestro de los
maestros, quién a menudo solía
acudir por la casa de los Perrate para
conocer de primerísima mano los viejos estilos,
que esta familia gitana atesoraba como jondo legado desde, tal vez antes
del abuelo Perrate, primer conocido de esta saga tan flamenca.
La Perrata, se ha comentado
muchas veces no fue cantaora que se escuchar fuera de la intimidad familiar o
de reuniones de amigos o viejos conocido pero a partir de quedarse viuda,
empezó una etapa y se le pudo oír cantar en público dejando incluso registrado
su eco en algunas grabaciones como el recopilatorio Grandes cantaores del
flamenco y su colaboración en la serie Rito y geografía del cante
En 1941 fruto de la
unión de Pedro Peña y María Fernández La Perrata, nace en Lebrija Juan
Peña el Lebrijano. Aunque con inicios de guitarrista, de muy joven se da cuenta de sus virtudes
como cantaor y los aprendizajes de su madre los va asimilando poco a poco hasta convertirse en
una de las grandes figuras, tal vez la más importante que dio Lebrija.
Utrera la vio nace
a la gitana más guapa,
una de sus flamencas
llamada María la Perrata,
que dios la tenga en gloria
entre todos los grandes,
a la gitana más pura
que mejor decía el cante,
todas las campanas
están replicando a gloria,
porque saben que en el cielo
está la más grande de las gitanas
del cante como emperaora,
que a nacido en el mundo
y en toda España entera.
a la gitana más guapa,
una de sus flamencas
llamada María la Perrata,
que dios la tenga en gloria
entre todos los grandes,
a la gitana más pura
que mejor decía el cante,
todas las campanas
están replicando a gloria,
porque saben que en el cielo
está la más grande de las gitanas
del cante como emperaora,
que a nacido en el mundo
y en toda España entera.
En
el disco que grabó con sus hijos Pedro al toque y Juan El Lebrijano al cante se
puede comprobar ese gran patrimonio que la familia los Peña y Fernández (Perrate), destacando los romances que madre
e hijo realiza así como la pureza de sus bulerías por soleá,
María Fernández, La Perrata, nos dejó el
cinco de febrero de 2005 pero
su voz corta pero ágil, doliente y característica del cante femenino que se
enmarca en la comarca de Utrero y Lebrijana,
sus estilos tan personales sin
salirse de los cánones de la familia, sus cantes por
soleares, fandangos o soleá y bulerías propio de la que ha sido una de las
cantaoras del más puro cante gitano que se conoce, nos dejó la huella de la
continuidad de la saga a través de sus hijos, nietos y sobrinos ya nombrados,
que hacen que perduren las formas, las maneras más jonda y primitivas que
nuestro arte posee.
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