LA SAETA
Lunes Santo Marzo 2015
En nuestro rincón, en el solar andaluz, en la Baja
Andalucía. Porque la saeta flamenca, porque nuestra saeta, nació aquí. Donde se
fraguaron los jondos cantes que representa nuestra cultura, los profundos ecos
flamencos que tanto nos hacen sentir. Porque también es cuna de esta forma de sentir, de
esta manera de rezar a undibé.
Ahí están
las afirmaciones por citar un ejemplo de Gabriel del Estal sobre los
comentarios que en su día dijera Antonio Mairena. “En
principio del siglo (se
refiere al reciente pasado siglo XX ) llegó a Sevilla una
sencilla forma jerezana que se empezó a llamar Saeta por Siguiriyas, con tanta
o más dificultad y duende que el mejor cante por Siguiriyas y, por los años
treinta, el cante por saetas había llegado a ser de máxima altura de gran
desarrollo.
"Como no tenían naita que hacerle
le escupen y le abofetean
y le coronan de espinas
y le coronan de espinas
y la sangre le chorrea
por su carita divina"
por su carita divina"
Es
evidente que las saetas flamencas (pues varios son sus estilos) nos llega tal
vez siglos después de esas apariciones por los siglos XVI y XVII cuando los Hermanos Reverendos Padres del Convento de Nuestro Padre San Francisco hacían
por las calles sus estaciones del Vía Crucis cantando Saetas mientras
perdonaban los pecados a todos los que quisieran. Saetas éstas, lejos de las
actuales y de las que no se conservan algún documento sonoro para poder
explicar su musicalidad.
Con el
paso del tiempo y poco a poco, a los andaluces nos van llegando esos sentidos
versos a modo de flechazos y así arriban
al corazón de los flamencos quienes hacen que se vaya fraguando con el
transcurso de décadas y décadas y con las aportaciones de las diferentes
maneras, de las distintas formas que en nuestro pueblo entendemos los rezos… y
el pueblo flamenco lo entienden así: Con sus cantes.
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