LOS PALOS DEL CANTE -13-
LA SAETA -4-
Jueves Santo Marzo 2015
A los andaluces nos llegan los “sentíos” de la Saeta versos a modo de flechazos a
través de los tiempos y así arriban también al corazón de los flamencos pues el
cante flamenco como fenómeno abierto a todas las vivencias, no podía estar al
margen de estas peticiones o quejas.
“Atormentao” y sin
culpa
te llevan en una
cruz.
Lo mismito trata el
amo
Al campesino
andaluz.
¿Qué
es el flamenco sino expresión de muchos sentimientos? ¿Qué es el flamenco sino
una forma de quejarse, de sentir?
¿Acaso
ese “fraguao” de etnias de cultura primitivas que es el flamenco podría estar
ajeno a ese sentimiento religioso de sus gentes?
Dijo
Federico García Lorca que El Flamenco
es un rarísimo ejemplar de canto primitivo.
El flamenco en palabras de Antonio Gala tiene entre sus
grandes valores el de manifestar esa forma de quejarse de los grupos oprimido.
ESTILOS DE LA SAETA
Referente a los distintos estilos de interpretar la Saeta hay que volver también
a esos hipotéticos orígenes, pues antes de que al principio del siglo XX bien
el Cojo de Málaga, Centeno o Chacón aflamencaran estas letras de pasión, agonía
y muerte del Cristo, aparecen las emanadas directamente de aquellos Rosarios
de la Aurora
introducidos por Fray Pedro de Ulloa
o las penetrantes de los frailes Capuchinos como las de Fray Diego
José de Cádiz quién escribió cinco en total y que fueron conocidas como
MISERERE, las del Pecado Mortal cantadas de
madrugá y como las anteriores por frailes, Saetas del Prendimiento que se
cantaban en Cabra y que consistían en intercalar fragmentos cantado en
las ceremonias populares durante la Semana Santa.
Entre los años 1.800 y 1.840, la Saeta va dejando de ser un
canto exclusivo de los monjes Capuchinos o Franciscanos para ir poco a poco a
convertirse en un canto del pueblo aunque todavía sin las matizaciones del
flamenco pues estas primitivas Saetas populares tenían formas sencillas, livianas y tal vez musicalmente pobre en su ejecución.
Eran Saetas autóctonas de distintas comarcas
andaluzas llamadas: La
Saeta Vieja de Córdoba, Las Cuarteleras de Puente
Genil, La Samaritana
de Castro del Río, La
Saeta Vieja de Arcos, Las Marcheneras ...
Sobre estas últimas de la
localidad de Marchena encontramos serias opiniones que nos afirman de que fue
un epicentro saetero donde factores
históricos, sociales, musicales o religiosos aseguran a Marchena
como cuna saetera y así tenemos las Cuartas de Nuestro Padre Jesús de
Nazareno, del Dulce Nombre de Jesús, Del Señor de la Humildad y Paciencia o
Carceleras de la soledad (todas basadas en coplas de cuatro versos), las
Quintas y Sextas del Cristo de San Pedro de la Hermandad del Santísimo
Cristo de San Pedro y María Santísima de las Angustias, formadas por
estrofas de cinco o seis versos cada saeta. Todas creadas por los propios
hermanos de las distintas cofradías.
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